Capitulo 41

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—Tráela muchacho. —Le habló el asqueroso hombre a Jared.

Lo vi subir von suavidad las mohosas y chirriantes escaleras, y con cada paso que daba mi cuerpo se estremecía. No era tonta, sabía bien qué si estaba aquí era por algo grave y muy malo, las cosas funcionaban así en este mundo, o mueres o mueres torturado, simple.

Creí que debía dejarlo seguir su curso, todavía ayer o esta mañana estaba pensando en dejarme llevar y enamorarme de estos tipos, los cuales resultan ser unos embusteros. Me repugnaba mirar su rostro, por Dios que si.

La puerta de cerro con un chirrido, haciéndose saber que ya aquellos extraños habían salido, Aún quedaba un extraño conmigo, uno al que pensé que realmente conocía.

En un ágil y rápido movimiento él se acercó a mi pegándome fuertemente a una pared y tapando mi boca con su mano, gemí de dolor, me estrello con furia, furia que debería tener yo.

—Quiero que te calles y escuches lo que te diré. —No respondí, no podía y en todo caso tampoco tenía intensiones de hacerlo, así que solo asentí. —Perfecto. No lo repetiré, no tengo tiempo, y mucho menos paciencia.

Maldito troglodita.

—Vas a asentir y aceptar todo lo que él te diga, sin reproches Amber, de acuerdo. —No hice ninguna seña de haber entendendido. Fácilmente frustrado por lo que acababa de hacer golpeó la pared al lado izquierdo de mi cara, haciéndome saltar por el espanto. —¿De acuerdo?

Empuje sus manos de mi boca, para responder Jadeante. —No... no es como que pudiera responder.

—Solo intentó salvarte maldita sea, intento sacarte de aquí.

—¿A base de que? —Rugí. Una gota salida todo por mi mejilla, y es que todo aquellos me producía dolor, no podía sonreír bajo aquella amenaza, bajo la tradición —¿A base de que? Maldita sea Jared, ¿Que pasa contigo?

—Solo tienes que decir que lo harás y estarás a salvo. —Aquello lo dijo más para el que para mi misma.

—No entregaré a mi padre, mucho menos a mi Nonno. Prefiero morir aquí que hacerlo.

—No los entregarás a ninguno de ellos, es peor que eso Amber.

—Solo dime que es, jodida mierda, porque eso eres Jared, una mierda de persona.

—bien... Si eso quieres. —Me agarro fuertemente de las mejillas, tanto que sentí cómo estás dolían de la fuerza y mis ojos lagrimeaban. —Tendrás que entregarte a ti...

Cuatro tontos en mis manos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora