Capitulo 21

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No tuve ni la menor oportunidad de reaccionar, porque rápidamente fui levantada como un saco de patatas, dejando mi desnudo trasero al aire, un gemido de sorpresa salió de mis labios, cuando sentí una fuerte nalgada proveniente de Aarón. Sin cuidado alguno fue tirada al sofá duro y viejo que había allí, no mentiré, mi cabeza palpito y sentí varias punzadas en la herida de mi cuello. Voltee para encontrarme con los ojos chocolates de Ian observándonos, podía jurar que la lujuria brillaba en sus areolas y que de esta no iba a salir pronto. Mi pulso se aceleró cuando Aarón empezó a desvestirse, dejando después su terrible ereccion al aire, quise echarme para atrás, pero ya sabía que era demasiado tarde. Mi cuerpo aún no estaba listo para resibir algo así, aún tengo quemaduras y magulladuras gracias a ellos mismos, hasta ir al baño me dolía un poco. Al principio con Ian no estaba pensando y analizando muy bien la situación, pero estaba claro que justo ahora no disgusto por estar con alguno es notorio.

Intente levantarme del sofá para poder salir de allí, pero Aarón me empujo bruscamente de nuevo, estampándome fuertemente con el respaldo, no mentiré, me dolió como un demonio, él lo noto, ambos lo hicieron. Sus ojos turquesas estaban tan oscuros y segados por la lujuria que me fue imposible reconocerlos cuando dije mi vista en ellos, mi corazón aleteo de pavor cuando me di cuenta lo dispuesto que estaba a hacerme suya en ese momento. En una situación normal no me negaría, pero me sentía incómoda y adolorida.

-Cre creo que que deberíamos parar. -tartamudee, y me di una bofetada metal por eso.

Pude ver las sonrisas malignas pintarse en sus labios, en la de ambos. Me estaba sintiendo acorralada justo en a qué momento, aunque estaba muy exitada y necesitada no quería hacerlo, quiero darme tiempo, para descansar.

-Aarón -Lo llame, el puso sus fríos ojos en mi. -De verdad no quiero hacerlo. -al ver cómo él se acercaba a mi, y se posicionaba encima de mi cuerpo, rozando nuestros cuerpos desnudos, me espanté. -¡Ian! Por favor.

Pero este solo bajo me observo desde la esquina en donde estaba, era claro que él no haría nada, justo cuando me decidí a gritar por mi vida, aunque nos volvieran coladores, sentí la fuerte mano de Aarón tapar mi boca. Lleve mis manos a las de el, arañe y patalee pero me fue imposible quitármelo de encima. En un rápido movimiento Aarón me dio la vuelta, dejándome de espaldas a él, pero en ningún momento quito la mano de mi boca.

Pude sentir su miembro duro pegado a mi trasero, y suspiré. Antes que todo soy mujer, y aunque no quiero estar aquí, la cercanía de ese hombre me debilita y me vuelve frágil. Él quito sus manos de boca y como pude articule estas palabras "Aarón por favor, déjame ir"

Una fuerte Risa salió de su garganta, para luego susurrar en mi oído -No decías eso cuando te metiste en nuestra cama.

Y sin darme aviso a nada me penetro, sentí dolor, pero al mismo tiempo una oleada de placer recorrió todo mi cuerpo, bien dicen que el dolor y el placer van de la mano. Inmediatamente gruñidos de placer salieron de los labios del chico, con cada movimiento fuerte que hacía, y mis gemidos no se quedaban atrás. La fricción de nuestros cuerpos me hacía temblar debajo de él, y solo se escuchaban jadeos y el choque de nuestras pieles fundiéndose. Yo misma me encontraba extasiada, con cada suspiro y movimiento de él, me olvidé de todo y solo pude pensar en el hombre que me estaba haciendo suyo justo allí. Ya ni si quiera la presencia de Ian me incomodaba, quien seguía observando en el rincón. Dolía, no lo negaré, pero el placer era muchísimo más fuerte.

Cuando creía que alcanzaría mi orgasmo, todo se empezó a nublar y a oscurecer, como si la noche se adueñara del día a mis ojos, un fuerte dolor se posicionó en mi zona baja haciendo que una jadeo de dolor esta vez escapara de mis labios, Aarón no se imputó, lo sabía, ya que sus movimientos se hicieron más pesados. Pero yo ya no aguantaba más, y me sume en total oscuridad.

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Ya lo había dicho, pero quiero volver hacerlo.

Estos actos no son justificados, en el momento que dices "NO" las cosas deben parar, si no quieres no debes hacerlo, no te sientas obligada a nada, ni si quiera cuando la situación esté avanzada, puedes detener el acto en cualquier momento del mismo. Recuerden que solo es ficción, y que esto no está bien.

Repetiré esto cada que un capítulo tenga márgenes sobre sexo forzoso y eso, me gusta prevenir a lamentar, y entiendo qué hay muchas niñas leyendo esto. No es no, y siempre va a valer.

Cuatro tontos en mis manos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora