Capitulo 12

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¿Recuerdan como dije unas mil veces ayer que no me arrepentiría de nada? Pues creo que pensé demasiado rápido, porque estar arrepentida realmente le queda corto a lo que estoy ahora. Llevo horas mirando el techo de mi habitación, porque no sé en qué momento llegue aquí, sin saber que hacer o cómo actuar al bajar. Antes simplemente nos ignoramos y mandamos al demonio, pero ahora, ¿ahora que voy a hacer? Va a ser incómodo, muy incómodo, eso lo sé.

Por eso es mejor no hacer cosas pasado de copas. Con toda la fuerza que mi pobre cuerpo me permite sacar (estoy magullada), me levanto casi arrastras de la cama para ir al baño. Luego de hacer las necesidades básicas de una persona me acerco al espejo para poder ver qué tal luzco, al verme un fuerte jadeo sale de mis labios.

-JODER!!! Están locos- exclamo. Mi cuello y senos están llenos de chupones, más parecidos a moretones de tan púrpura, arañazos adornan mi espalda, con alguna que otra marca en mi trasero, Hijos de puta., con razón no podía ni moverme esta mañana.

Me doy un baño con mucho cuidado de no lastimarme más, y decido ponerme una blusa cuello de tortuga, con unos jeans y unas vans, mi cabello lo subo con una goma a una colita por lo corto que es.

Mientras bajo las escaleras salen quejidos de mis labios, la cabeza me está explotando, y ni hablar de mi cuerpo. Con el paso de la tortuga llegó al comedor, encontrándome con seis pares de ojos que dan conmigo, cada uno con una expresión distinta.

-¿Te meterás a un convento?- me pregunta mi papá.

-Es lo que más quiero ahora mismo. -respondo evadiendo el tema.

-¿De verdad?- pregunta Aarón. -Yo creo que no.

-Lo que tú creas realmente no me interesa, imbecil-Respondo.

Miro a todos lados y solo mis papás, Aarón y Arthur tienen su atención en mi. Me acerco y saludo a mis padres de besos en la mejilla y luego tomó asiento en la mesa. La tensión es notoria, todos estamos incómodos, y mis papás lo notan.

El desayuno pasó más lento que de costumbre, nadie rompía el silencio y era incómodo, pero antes de poder levantarnos de la mesa una voz nos saca a todos del ensimismamiento.

-Hola familia.

Charlie, ¿que hace el aquí?

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¿Creen que le pase algo a Char? Ese chico es un grano en el trasero.

Cuatro tontos en mis manos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora