Nos pusimos de pie y Crawford se adelantó para abrir la puerta. Caminé detrás de él y me senté en el sillón de cuero negro, puse mis pies sobre la pequeña mesa.
C: Baja tus sucias patas de allí.-dijo divertido.
TU: Patas las de los animales.-dije bajándolas y reí.- ¿Qué has pedido?-pregunté intrigada.
Posó dos vasos con jugo de naranja y todo tipo de masitas dulces. Rico- pensé.
C: Dime que te gustan.-se sentó a mi lado.
TU: Si, supongo.-sonreí.
C: Pues, hay de toda variedad, come las que más te gusten.-sonrió.
Acerqué la bandeja a mí y tomé una, acto seguido, la probé. Era deliciosa.
C: ¿Si?-preguntó arqueando una ceja. Asentí.- Genial.-sonrió y tomó jugo.
Desayunamos mientras hablábamos del trabajo de Crawford. En verdad, me intrigaba saber qué era lo que Crawford hacía y ahora, ya lo sabía. Amaba que Crawford me tratará bien, que no tuviéramos tema de discusión y que mientras desayunábamos, podíamos reír por cada estupidez que se nos ocurriera.
C: Debe estar por llegar Kevin.-me avisó poniéndose de pie.
TU: Voy a cepillarme los dientes y vuelvo.-le dije. Asintió y comenzó a ordenar su revuelta maleta.
Entré al baño y me cepillé los dientes. Sequé mi boca con la blanca toalla del lugar y luego salí del baño. Crawford estaba intentando meter sus medias sucias en la maleta.
TU: Das asco.-dije divertida.
C: ¿Qué quieres que haga?-me observó y apretó el par de medias que no calzaba en ninguna parte.- Se las dejo a el tipo de limpieza.-dijo tirándolas al suelo.
TU: Ponlas en mi maleta, si quieres.-le dije. Sonrió y las levantó del suelo. Me las tiró en la cara.- ¡Que desagradable!-grité causando su risa.- Ya no te dejo meter eso en mi maleta.-dije fastidiada e hice cara de asco. Rió con ganas.
C: Te las estaba pasando para que las guardes tú.-dijo entre risas.- Vamos, no seas mala.-sonrió. Las tomé y se las tiré.
TU: Guárdalas tú.
C: He estado esperando este momento, revisar tu maleta.-sonrió y abrió la maleta.
TU: Cállate, guárdalas en el primer espacio que encuentres y ciérrala. No revuelvas.-le dije mientras guardaba mi cepillo de dientes.
C: ¿Alguna vez has usado de esas bragas que se pierden en tu cuerpo?-preguntó metiendo las medias en la maleta. Abrí mis ojos a tope y lo observé hasta que notó mi mirada.- Solo preguntaba.-rió.
TU: Eres un imbécil.-le dije.
C: Voy a regalarte algunas, capaz cuando las uses, sean de tu agrado.-sonrió. Le saqué la lengua.- Puede que te gusten tanto como a mí.
TU: ¿Usas tangas?-pregunté alzando una ceja. Rió.
C: No.-carcajeó.- Me refiero a que me gusta verlas en el cuerpo de una mujer.
TU: Viejo verde.-dije en un cantito. Rió.
C: No soy viejo.-me cantó.
TU: Okey, para mí si eres viejo.
C: No creo _____.-sonrió y se tiró en la, aún desarreglada, cama.
TU: Yo si lo creo.-dije antes de que el teléfono comenzara a sonar.
Crawford se puso de pie mientras murmuraba una maldición y atendió.
C: ¿Quién?-preguntó enojado.- Bueno. Gracias.-cortó con brusquedad.
TU: Bipolar.-murmuré y reí.
C: Kevin esta abajo.-me dijo.
TU: Okey, vamos.-dije y busqué mi bolso.
C: Oh, no. Otra vez con tus maletas de setenta kilos.-se quejó. Reí.
TU: Vamos, yo llevo la tuya y tú llevas las mías.-abrí la puerta y le indiqué que saliera. Chasqueó la lengua antes de quejarse.
C: Es injusto.-dijo y tomó las maletas.
TU: No lo es, tú eres hombre.
C: Feminista.-dijo enojado y comenzó a cargar ambas maletas.
Tomé sus maletas mientras reía y salí de la habitación tras él. Llamó al elevador y mientras descansó sus brazos, dejando las maletas en el suelo. Se apoyó contra la pared y pronto el elevador llegó. Frunció el ceño y empujando las maletas entró. Entré detrás de él y presione el botón a planta baja.
-Oh, al fin.-dijo Kevin al vernos.- Crawford, ¿quieres que te ayude?-preguntó.
C: Por favor.-respondió tirando las maletas al suelo.
TU: ¡Crawford! Vas a destruirme todo.
C: No pasa de un frasco de crema de vidrio o una cosa así, no te quejes.-dijo. Fruncí el ceño.- Y si quieres cuidarla, pues cárgala tú.- dijo enojado.
TU: Okey, cálmate Collins. Echas humo por las orejas.-le dije. Rió.
Kevin cargó una de mis maletas mientras Crawford entregaba el pase de la habitación, a recepción. Se despidió y cuando fuimos a salir tomó mi mano. Subimos al automóvil y Kevin subió nuestras maletas atrás. Crawford se apoyó sobre mi hombro y colocó una de sus manos sobre mi mano derecha.
C: Ya me dio sueño.-dijo y reímos.
TU: Duérmete.-le espeté. Me miró y sonrió.
C: No.-dijo.
TU: ¿Entonces para que hablas?-pregunté cuando el auto se ponía en movimiento.
C: Tengo ganas de que me hables.-sonrió. Mis mejillas ardieron y Crawford lo notó porque rió levemente.
Luego de veinte minutos, llegamos al aeropuerto. Crawford, quejándose, bajó mis maletas. Buscamos un carrito para llevarlas y pronto allí estábamos, subiendo al avión privado de Collins. Crawford se tiró sobre uno de los enormes asientos y yo hice lo mismo, pero, a su lado.
C: Ahora si voy a dormir.-dijo e hizo su asiento hacía atrás. Lo observé atenta.- Si quieres, tú también puedes dormir.-me sonrió.- Cualquier cosa me despiertas pero intenta que no sea dentro de las dos siguientes horas. Es un viaje largo ya sabes, casi diez horas.-hizo un gesto y se puso de costado.- Hasta luego.- terminó de explicar y cerró sus ojos. Reí.- Ah, _____, no pelees con Lucy.-sonrió aún con los ojos cerrados.
Me limité a fruncir el ceño. Lucy, Lucy, Lucy, la mujer que amaba a Crawford, que le servía como si fuera un príncipe, la que lo buscaba como si el no estuviera ocupado. Esa misma castaña que se aparecía por el lugar caminando mientras movía las caderas con exageración. Esa chica me parecía repugnante, sucia y hueca. Llevaba una falda tubo que se amoldaba a sus caderas y una blusa celeste, horrible.
-Oh, se ha quedado dormido.-dijo observando a Crawford.
TU: No querida, cierra los ojos para soñar despierto.-dije fastidiada. Alzo las cejas y colocó los brazos en jarra.
L: Hey, ya chica, cálmate.-dijo con enojo. Reí.
TU: Trátame como se debe.-le espeté y prendí el pequeño televisor.
L: No voy a tratarte bien si tú no lo haces.-desvió la mirada y observó a Crawford.- Pobre, pierde el tiempo contigo.-dijo.- De seguro nunca va a querer casarse contigo, le das lastima.-rió y dejó a la vista sus dientes manchados por el maquillaje. Reí y alcé mi dedo para mostrarle la sortija.
TU: Mírale la mano a Collins.-sonreí.- O mejor dicho, a mi esposo.-alcé las cejas. Dio media vuelta y comenzó a irse.- Lucy, tráeme algo de comida, muero de hambre.
L: ¿Quién te crees tú para mandarme a mí?-dio media vuelta y me observó fastidiada.
TU: Te recuerdo, amiga, soy la señora Collins. Por lo tanto, tu jefa.-sonreí. Volteó enojada y apresuro su paso.
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Beauty & the Beast ( Crawford Collins y tu )
FanficEsta novela no es mia es adaptada y espero que les guste tanto como ami... ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ SINOPSIS: Que feo es cuando la pers...