Beauty & the Beast ( Crawford Collins y tu )

cap.29

C: ¿En qué piensas?-preguntó risueño.
TU: En nada.-dije aun observando el lugar.- Es todo muy lindo. ¿No crees?...
C: Claro que si.-suspiró para llamar mi atención. Deje el paisaje de lado y le dediqué mi mirada.- ¿No habías venido nunca?-preguntó curioso.
TU: Nunca.-dije mientras arreglaba el pinta labios en mi boca.- ¿Tu si?
C: Si.-contestó cuando el auto se detuvo.- Podemos seguir la plática en la mesa.-me sonrió.- ¿Cuánto es?-le preguntó al taxista.
- $14, 45.-respondió mirando el aparato digital. Calum sacó su billetera y le pagó.
C: Muchas gracias.-dijo abriendo la puerta.
-A ustedes. Que disfruten.-agregó el hombre.
Baje detrás de Crawford, a solo segundos de cerrar la puerta, el taxi retomó su camino. Crawford tomó mi mano, haciéndome dar cuenta de que estábamos frente a un hermoso restaurante.
TU: Wow, ¿aquí cenaremos?-pregunté atónita. Me miró y sonrió.
C: Exacto, no sabes lo que me costó conseguir para poder cenar aquí, así que espero que te guste.
TU: Por ahora, me gusta el lugar, veamos que tal la comida. ¿Ah?-le sonreí, me devolvió el gesto.
Entramos y un hombre de traje nos dio la bienvenida haciendo una elegante reverencia.
-Buenas noches. ¿En qué les puedo servir?-preguntó el hombre.
C: Buenas noches. Tenemos una reservación a esta hora.
-Apellido.-dijo el morocho mientras sacaba una libreta.
C: collins-contestó Crawford.- Mesa para dos.
-Sí, aquí esta.-dijo sonriente.-Los acompaño.-Nos condujo hasta una pequeña mesa de a dos.- Que disfruten la velada.-agregó antes de irse.
Nos sentamos uno frente al otro. Minutos después un mozo dejó el menú sobre la mesa y se retiró.
C: ¿Qué vas a pedir?-me preguntó mientras buscaba algo para cenar.
TU: No lo sé.-dije pensativa.- Es que todo es tan elegante.-agregué.- ¿Tu que pedirás?
C: No lo sé.-dijo pensativo.- ¿Has comido algo de esto?-preguntó arqueando una ceja.
TU: No.-reí. Que poca cultura.- ¿Tu?
C: Yo sí, pero muy pocas. ¿Pedimos algo para compartir?-preguntó.
TU: Claro. ¿Algo como que?-levanté mi mirada para encontrarme con sus ojos color miel mirándome.
C: Mmm… ¿Pechugas de pollo a la cordón blue?
TU: ¿Ah?-levanté una ceja.- ¿Qué es eso?-pregunté casi en un grito.
C: Baja la voz.-rio.- Es pollo.-me explicó, asentí.
Mientras hablábamos el mozo que antes había dejado el menú sobre la mesa, nos tomó el pedido. Luego trajo las bebidas y más tarde la comida.
C: ¿Te gusta?-preguntó mientras pinchaba de su plato.
TU: Si, está bueno.-le sonreí.
C: Me alegro.-me devolvió la sonrisa.- Bueno…- sí, estaba nervioso. Pero… ¿Por qué?
TU: Bueno…-repetí graciosamente.- ¿Qué quieres decir?-pregunté.- Si tienes algo que decir, dilo, sin rodeos.
C: Mejor te dejo comer tranquila y luego lo hablamos.-me dijo. Arqueé una ceja. ¿Qué estaba pasando?
TU: Dime… puedo comer y hablar a la vez.
C: Okey, no es de lo que quiero hablar pero creo que debemos.-me dijo. No comprendí.
TU: ¿Entonces?-lo incité a seguir.
C: La boda.-dijo. El pollo que pasaba por mi garganta se quedó atorado.
Es que no quería pensar en eso, solo quería que ocurriera de una buena vez y ya dejar de pensar en lo que vendría luego, la luna de miel, mi peor pesadilla, Crawford y sus fantasías sexuales.