cap. 40

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Rodé sobre la cama sabiendo que estaba en presencia de un nuevo día. Estaba sola en esa habitación y sabía porque no se escuchaba la ducha de fondo. Acomodé mis manos debajo de las almohadas e intenté volver a dormir. Iba a ser imposible, la claridad ya inundaba la habitación invitándome a salir de la cama. Y justamente fue lo que hice cuando reuní las fuerzas necesarias para ponerme de pie. El ambiente frío erizo mi piel y frote mis manos dando más calidez a mi cuerpo. No funcionó. Pero una tibia ducha me ayudaría. Caminé hasta el armario y tomé una toalla, seguido de mi ropa para ese día. Entré al baño y prendí la ducha. Mientras esta se templaba, me despojé de mi pijama. Minutos más tarde me encontraba secándome el cuerpo con la toalla blanca. Me coloqué en jean desgastado junto con el pulóver beige. Salí del baño y me até las pequeñas botas para luego cepillarme y secarme el cabello. Me maquillé como siempre, sencilla. Busque algo de ropa en mi closet, escogí un conjunto sencillo, después de salir del closet (xD) me dispuse a pedir el desayuno.
TU: Muchas gracias.-dije recibiendo mi pedido.- ¿Puede agregarlo a la cuenta de Collins?-pregunté. Después de todo, él siempre lo pagaba.
-Claro.-dijo mientras anotaba el apellido en una pequeña libretita.- Que disfrute su desayuno.-sonrió antes de retirarse por el extenso corredor.
Me senté en el sillón y encendí el televisor. Puse mi desayuno sobre la mesa y me dispuse a desayunar tranquilamente. Me concentré en ver “E!news” mientras tomaba del jugo de naranja y comía pequeñas tostadas con mermelada de frambuesa. Un ruido me hizo sobresaltar y tirar el jugo sobre el sillón. Hice una mueca e insulté por lo bajo mientras volteaba a ver la puerta de la habitación.
C: Buen día.-dijo cerrando la puerta con desgano.
TU: Buen día.-le respondí levantándome del sillón para limpiar lo que había causado.
C: ¿Qué has hecho?-preguntó cuándo se fue a sentar y no pudo por la mancha naranja.
TU: Abriste la puerta y me asusté.-grité desde el baño. Lo sentí gruñir.- No te quejes, es tu culpa.
C: ¿La mía?-preguntó tirándose en el sillón más pequeño.
TU: Si, tu culpa.-dije frotando el sillón con una toalla húmeda por agua.
C: Ja, claro, ahora yo tengo la culpa de abrir la puerta y que te asustes estúpidamente mientras derramas el jugo de naranja.-dijo fastidiado.
TU: Cállate.
C: No me callaré cuando tú me lo pidas, voy a callarme cuando a mí se me dé la merecida gana.
TU: Cállate.
C: Cállate tú.-gritó.
TU: No, tú.-le tire la toalla por la cabeza y al quitársela respiró hondo intentando calmar sus nervios.- Yo estaba muy bien hasta que tu llegaste.
C: ¿Acaso anoche tampoco dormiste?-preguntó tirando la toalla al suelo.
TU: Si, anoche si dormí porque tú no estabas aquí para violarme.
C: Discúlpame pero yo en ningún momento quise violarte.-dijo elevando ambas cejas.- Que tú seas una paranoica no es mi culpa.-añadió con enojo en sus palabras.-Detesto que me trates como un viejo rabo verde.
TU: Eso es lo que eres.-le dije mientras levantaba los pedazos de vidrio del suelo.
C: Primero que todo, no soy rabo viejo y segundo nunca te hice nada que tú no quisieras.
TU: Si, si me has hecho.
C: ¿Cómo qué?-preguntó elevando la voz.
TU: Como por ejemplo, cuando fuimos a la playa y me quede dormida, me tocaste el trasero.-lo acusé con un dedo.- Me has besado sin mi permiso, eso también es algo que yo no he querido.-estaba realmente fastidiada.
C: Bueno.-dijo mirándome asesinamente.- Tú me has hecho cosas peores.
TU: ¿A si?-pregunté incrédula.
C: Si, mucho peores.
TU: Oh, ya me imagino Crawford.-dije con sarcasmo.- ¿Peor que comprarte en una subasta? ¿Peor que querer violarte? ¿Peor que tocarte? ¿Peor que hacerte la vida imposible?-grité.- Porque eso es lo que tú has hecho en menos de un mes. Todo eso me has hecho pasar, y como si fuera poco luego preguntas por qué te odio tanto.-tomé una tostada y me la metí en la boca para no seguir hablando. Crawford se acomodó en el sillón y me miró.
C: Tú me has dejado caliente en la cama dos veces.-hizo una mueca. Tragué la tostada para responder.
TU: Oh, es que eso es peor que todo lo que tú me has hecho.-le dije pisando con fuerza sobre la alfombra.- ¿Por qué simplemente no me dejas en paz?
C: Para mí es peor que me hayas dejado con las ganas.
TU: Bueno, si Crawford, sigue con tus estupideces sobre el sexo.-dije quitándome de enfrente de él. Me siguió con la mirada.
C: Porque no tengo ganas.-dijo. No comprendí y volteé a verlo.
TU: ¿De qué hablas?-pregunté enojada.
C: De que no tengo ganas de dejarte en paz.-respondió. Esa era la respuesta a mi pregunta hace dos minutos.
TU: Pégate un tiro bien en el medio de las cejas. Hazme ese favor.-dije antes de tirarme sobre la cama. 
C: Porque sé que no vivirías ni dos días sin mí
TU: ¿Ah no?-pregunté sentándome para poder verlo. Me miró e hizo una mueca.- Eso significa que no te matas solo por cuidarme a mi.-dije fingiendo ternura.- No me hagas reír, por favor.-añadí con desprecio.- Ambos sabemos que te amas demasiado como para terminar con tu vida, eres un imbécil sin corazón ni sentimientos.-terminé de decir. Abrió la boca para contestar pero volví a hablar para que no respondiera.- Y no te gastes en decirme bobadas que nunca creeré.
C: ¿Bobadas?-preguntó incrédulo.- Acá la única que dice bobadas eres tú.-añadió con desprecio.
TU: Como digas Crawford.-dije tirándome hacía atrás para apoyarme sobre la almohada.
C: Ya se lo que ocurrirá después.-dijo divertido.- Vas a encerrarte en el baño e intentaras cortarte la muñeca.-hizo una mueca a la cual respondí con un gesto delirante.- O no.-procedió.- Capaz que te iras al baño y luego te pondrás a llorar.-se burló.
TU: ¿Sabes? Puede que me encierre en el baño.-le dije desafiante.- Y tú iras a suplicar por detrás de la puerta “ábreme, ábreme _______”-hice una voz chillona.- O no. Capaz que dirás “ábreme o tiro la puerta”.-había sido mi turno de burlarme.
C: Cállate.
TU: Tú no vas a decirme que debo hacer y qué no.-dije enojada.
C: Si voy a decírtelo.-me desafió.
TU: Cállate.
C: Tú no vas a decirme que debo hacer y qué no.-dijo haciéndome burla.
TU: Eres como un niño de cuatro años.
C: Y tú eres como una nena de tres años.
TU: Y tú de dos.
C: Y tú de uno.-dijo tirando la cabeza para un costado.- Ya no vas a ganarme la pelea.
TU: Y tú eres como un bebé que todavía no está ni siquiera planeado.-dije estúpidamente.
C: ¿Escuchaste lo que acabas de decir?-preguntó al borde de la risa.
TU: ¿Y tú te das cuenta por lo que me estas peleando?-pregunté.
C: No _____, no sé por qué peleamos todos los días, no sé cómo agradarte, como hacerte feliz, no sé cómo hacer para que me quieras por lo menos dar la mano, no sé cómo dormir si no estás en la misma habitación que yo, no sé cómo sobrevivir sin estar cerca de ti, y menos sé por qué estamos peleando en este mismo momento.

Beauty & the Beast ( Crawford Collins y tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora