cap. 26

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C: No.-dijo firmemente. Gruñí como una nena pequeña, frunció el ceño y se acostó de la misma manera que yo, si no que observándome a mí. Quedamos frente a frente mientras nuestras respiraciones se mezclaban.- Con esas cosas te llenas de piojos.-hizo una mueca asquean-te. Reí.
TU: Hazte una.-le sonreí.- Por favor....
C: No me vas a convencer.-dijo.
TU: Ouuu que amargo eres, espero que nuestros hijos no sean iguales a ti.-SHIT!! , fue un comentario al descuido. Juro que su sonrisa era maléfica.- No lo tomes literalmente.-le sonreí como para salir del apuro.
C: O sea, que vamos a tener hijos.-dijo sorprendido por las palabras que habían salido de mi boca.- ¡Qué bien!-sonrió.- Si es una nena se llamará Megan.-me informó. Reí.
TU: Sigue soñando.
C: Hey, tu dijiste que íbamos a tener hijos, no yo.-me echó en cara.
TU: No hablaba de eso, dije que sigas soñando con lo del nombre, se llamara Ashley.
C: Eso está por verse.-dijo riendo.- Pareces una nena pequeña, así toda despeinada.
TU: Cállate.- Oh no ______, no te sonrojes. Tarde, conciencia molesta que adviertes las cosas cuando ya han ocurrido. Estas loca Jarrel, loca.- Crawford-dije llamando su atención, me miró directo a los ojos. Vamos ______ tu puedes decirlo.- Sí.
C: ¿Si qué?-arqueó una ceja. No había entendido.
TU: Que si.-volví a decir. ¿Por qué es tan difícil expresarse?
C: ________, no entiendo.-dijo. Lo más malo de la historia es que lo decía en serio.
TU: Que si, que si tú te mueres si te extrañaría.-dije, me sonrió enternecido. Volteé el rostro y me escondí tapándome con la almohada.
¿Qué más incómoda situación cuando la gente no te responde algo que te cuesta decir? No conozco otra. Mis nervios de punta, mis mejillas explotando en colores rojizos y mi corazón latiendo con fuerza. Sentí unas suaves caricias que me corrían el pelo de la cara. No levantes la cabeza, no levantes la cabeza, vamos _______, concéntrate en respirar el rico aroma de las almohada recién perfumadas por la limpieza del hotel.
¿Vieron en las películas en las que la campana los salva de dar lecciones orales a esos profesores malévolos? Bien, a mí me salvaron tres golpes secos en la puerta de la habitación. Solté todo el aire que retenían mis pulmones cuando sentí que Crawford se levantaba de la cama y abría la puerta.
C: Gracias. Diga en recepción que lo agreguen a mi cuenta.
-Sí señor, dígame su apellido.
C: collins -Listo, yo avisare.-dijo amablemente. La puerta se cerró.
C: Ven a almorzar.-dijo apoyando la comida sobre la mesita del pequeño living, luego el silencio fue reemplazado por las noticias del día de hoy.
Levanté la cabeza y volteé a verlo.
TU: ¿Me lo traes aquí?
C: No.-cortó un trozo de la carne.- Vas a llenar de comida la cama.
TU: ¿De qué te quejas si tú no duermes en esta cama?-dije. Sonrió.
C: No dormía, hoy si pequeña.-me dijo. Sentí mi corazón corriendo por llegar a mi garganta, tragué saliva y me levanté de la cama.
TU: Bueno, yo dormiré en el sillón.-traté de controlar mis nervios.
C: Como gustes preciosa.-dijo mientras se concentraba en su comida.
Me senté a su lado y agarré la bandeja que contenía mi ensalada, tomé un tenedor y comencé a comer. Él se concentraba en su carne, en devorar a la pobre vaca que había dado su vida por alimentar a algunas personas, no lo juzgo, yo no soy vegetariana pero cuando me imagino esas cosas me dan ganas de serlo. No viene al caso. Terminé antes que él y aun que él comía como un animal, su comida era más abundante que la mía. Me levanté del sillón y caminé hasta el baño, debía cepillar mis dientes.
C: Alístate como para ir a la playa.-me gritó desde donde él estaba.
TU: Okey.-dije.- Tú prepárate para hacerte una trencita.
C: Tú y tus ideas locas.-me gritó, reí y cerré la puerta.
Me cepillé los dientes, cepillé mi cabello y me quité el maquillaje, para ir a la playa no se necesita. Abrí el armario y saque mi bikini celeste junto con un short de mesilla y una remera negra de tirantes. Me coloqué la ropa en el baño, para no causar discusiones con Calum. Arreglé mi cabello en una coleta y salí.
TU: Oh Dios santo.-abrí los ojos con asombro. Volteé rápidamente.- ¡Cúbrete ya!-grité. Sentí su risa.
C: Ya, ya, pensé que no ibas a salir tan pronto.
TU: Vamos Crawford, ponte unos boxer’s o algo.
C: Listo.-dijo.
TU: ¿No mientes?
C: Por supuesto que no.
TU: No te creo.-dije volteando con los ojos cerrados.
C: Vamos, mírame, te prometo que estoy en maya.-dijo, abrí los ojos y vi su trasero. Volvió a reír y me volteé de nuevo.
TU: Ya te pones el traje de baño si no quieres que te dé con un palo.-le grité, carcajeó algo que no pude entender.
C: Ahora sí.
TU: Júralo.
C: Lo juro.-dijo tomándome de la cintura.- Creo que debería tomar sol de espalda, ¿No crees?-dijo a mi oído.
Mis mejillas se tornaron de colores rosados, reí tontamente mientras echaba la cabeza para atrás, sentí un húmedo beso posarse en mi cuello.
C: Relájate cariño, estas muy tensa.-me dijo sensualmente. Woow Calum sí que sabes conquistar a una mujer.
TU: Ya, vamos.-me zafé de su agarre.-Todo muy lindo, muy lindo pero se nos va el sol y quiero broncearme.
Calum tomó el bolso de playa y juntos salimos hacía el pasillo del hotel.

Beauty & the Beast ( Crawford Collins y tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora