Capítulo 3

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Impacto social

Todas las personas en el centro de la ciudad se asombraban con la noticia. Muchos eran los rostros horrorizados, y otros eran los asustados.

Zylank y su grupo entraban en la categoría de los asustados, pero al mismo tiempo, confundidos.

Ellos vivían en las Monagas y no tenían la mínima idea de lo que estaba ocurriendo dentro de la ciudad, pues, según lo entendido: un asesino andaba suelto por las calles de la ciudad de Terraqua y ha estado tomando las vidas de ciudadanos importantes o muy reconocidos, como Jack Thompson, el hombre que era el gerente de las bases de estaciones de aerodeslizadores.

Esa era su víctima más reciente, según una gran pantalla en el edificio principal.

—¿Qué?—fue lo primero que dijo Zylank al ver todas las pantallas con la misma noticia del asesino a sueltas.

Era la primera vez en su vida yendo a Terraqua que semejante cosa gobernaba en la ciudad. Sin duda, algo de gran magnitud que causaba un impacto en la sociedad, pues todos los ciudadanos en el centro de la ciudad se encontraban paralizados viendo lo que las pantallas reproducían a continuación: —"Imágenes inéditas del asesino"—.

Las pantallas pasaron a reproducir lo que parecía ser un video de la noche anterior donde se le veía a una persona con una capucha de color negro, bajo la lluvia, adentrarse desde lo alto del edificio Norte, lugar donde se residenciaba el gerente de las bases de estaciones, y luego entraba por una ventana y cometía su atraco al apartamento de Jack Thompson.

Todo quedó grabado gracias a la cámara de un dirigible publicitario que se alzaba por encima del edificio a tales horas de la noche.

Su rostro estaba lejos de verse con claridad, pero fuese quien fuese, tenía todo muy bien planeado a pesar que una cámara logró captarlo.

Este incidente había ocurrido el día domingo por la noche a las once y treinta y un minutos. No se le vio más al perpetrador porque parecía ser que conocía varios de los lugares ciegos de la ciudad donde cámaras no apuntaban.

—Pero ¿qué está pasando?—dijo Eva, confundida.

—Cosas extrañas están sucediendo ahora—respondió Handiel.

—Mierda—susurró Luna.

El grupo de monagueros se percató que varios ciudadanos los rodeaban y los veían con enojo e ira.

—¡Seguro fue uno de ustedes, ratas asquerosas!—exclamó un señor con un maletín en sus manos.

—¡Apuesto a que uno de ellos es el asesino!—dijo una mujer de cabello rubio a otra mujer.

Los terraquanos murmuraban entre ellos y parecían estar enojados con lo que acababan de ver en las pantallas.

Entonces una multitud se lanzó sobre ellos.

—¡OIGAN, CÁLMENSE!—gritó Robert.

—¡Nosotros no hemos hecho nada!—dijo Handiel.

Pero eso no detendría a la multitud de terraquanos furiosos que se alzaban contra el inocente grupo de monagueros.

—¡APÁRTENSE!—gritó Zaleen.

Si algo era obvio es que ninguno de los monagueros había podido ser el asesino de Jack Thompson. Primeramente, porque la entrada a la ciudad se cerraba los días domingo, y el incidente había sido el domingo anterior. Segundo, casi nadie de la ciudad daba asilo o residencia a los monagueros. Tercero, quien fuera que haya sido el asesino, era alguien que sin duda conocía mejor la ciudad que los monagueros, ya que pudo salir del lugar de los hechos sin haber sido captado por las demás cámaras. Se trataba de algún terraquano, seguramente.

La Creación de un Magnífico FinalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora