Capítulo 12

50 4 0
                                    

Emergencia universal

Quizás todo era un sueño y ya, y al despertar nada estaría sucediendo. Quizás todo era una pesadilla que se creaba en su mente luego de una noche tan extraña. Pero no. No lo era. Zylank así lo deseaba, que todo fuese diferente ahora.

Y ojalá que así fuese.

Pero no podría.

Nadie podía alterar el orden universal de las cosas más que los celestiales, pero en ese punto de lo acontecido, ni ellos mismos podían revivir a su hermano caído.

—¿Qué fue lo que le hicieron a nuestro hermano?—preguntó Morda, celestial del universo, creadora de galaxias y encargada del orden en el universo, a su hermano mayor Kolen, celestial de la sabiduría.

Ella era la celestial más vulnerable entre todos, y la muerte de su hermano menor le dolía como a ningún ser vivo en el universo.

Los hermanos celestiales descendían sobre la pasarela del edificio principal justo a las 8:00am.

Los entes de seguridad de la ciudad rodeaban todo el edificio y algunos de ellos se encontraban resguardando la llegada de los celestiales, quienes descendían, furiosos. Otros tristes y confundidos.

Después de todo, el hecho de que fueran dioses no los hacía menos humanos. Al igual que los seres vivos creados por ellos, los celestiales tenían sentimientos y emociones. Conocen el amor y todo lo que de él se desprende.

Kolen, el líder de los celestiales, fue el primero en descender y su presencia en el edificio principal se sintió. Luego, cuando los otros seis celestiales descendieron y tocaron el edificio, una ola expansiva se esparció por todo el planeta. Las personas en la ciudad y en las Monagas pudieron sentirlo. La presencia de los siete celestiales en el planeta se podía sentir y percibir por completo y de una manera inimaginable. Cada sentimiento y emoción de cualquier ser vivo evolucionaba más allá con la llegada de sus creadores sobre la tierra de Blustono.

Sin duda, era algo increíble y terrorífico. Único y fascinante en el universo.

El general Ursun llegaba volando a la terraza del edificio principal e hizo reverencia inmediata ante los celestiales. Las personas de seguridad también lo hicieron.

Los hermanos del universo se sincronizaban y daban los mismos pasos en dirección a la gran puerta.

Cada paso que daban se sentía y se escuchaba fuerte; como tambores en los tímpanos de todos los que allí se encontraban.

La belleza que estos emitían era única, divinamente preciosa. ¿Quién había podido crearlos a ellos? ¿O acaso ellos fueron los primeros en el universo? Los libros de historia decían que estos ocho seres supremos, creadores de todo lo conocido, habían nacido de una primera estrella que impactó con una segunda estrella. Y que de ahí nació todo.

El gobernador Arnic se encontraba detrás de la gran puerta, tembloroso, nervioso e impaciente por la llegada de los celestiales. Quería hacerlo él y demostrarles que no estaba nervioso y asustado. Pero no.

Y fue Ursun mismo quien abrió la puerta para ellos.

La Creación de un Magnífico FinalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora