No he cenado. Y tengo hambre. Mucha. Por Dios, ¿no podría tener hambre en otro momento? ¿Uno en el que, no sé, no me tenga que levantar?
Quito las sábanas y voy a la cocina, tratando de hacer el menor ruido posible. Es más de media noche y Jake y Isaac duermen, Aspen desde que lo ví irse no ha vuelto. Abro el refrigerador y saco lo que se ven las sobras de la cena, que son panqueques. ¿Solo comieron eso? Idiotas.
Comienzo a comer aún adormilada y cuando termino estoy a punto de irme a la habitación, pero la puerta principal se abre. Aspen ingresa y arroja sus llaves a la mesa más cercana que hay, falla y estas terminan en el suelo. Niega con la cabeza y bufa, levanta las llaves y nota mi presencia.
Sus ojos verdes me analizan y los míos a él. Su ropa se parece a la de un pijama, su cabello ya medio largo está algo peinado y sus ojos se muestran cansados.
—¿En dónde estabas? —refriego mis ojos, sintiendo el sueño envolverme de nuevo.
—En casa de una amiga —se encoge de hombros.
—Ah... —desvío la vista, incómoda— .Pues me voy a dormir.
Me doy la vuelta y me preparo para irme cuando me sujeta de la muñeca.
—Duerme conmigo.
—¿Eh?
Ladea la cabeza y arrugo las cejas.
—Anda, por última vez —su voz es casi suplicante. Muerdo mi labio inferior y asiento, me da una pequeña sonrisa y sin soltarme de la mano me guía a su habitación.
Nos acostamos como estuvimos haciendo las últimas noches. Yo de espaldas y él abrazándome por atrás, nuestras piernas entrelazadas al igual que nuestras manos.
—¿Alguna vez te has enamorado? —pregunta de la nada. Pienso en su respuesta muy seriamente.
—No.
—¿Por qué?
—Soy una solitaria, y no podría compartir mi soledad con alguien más.
—La soledad es adictiva, peligrosa —susurra— .Pero yo creo que no cambiaría mucho con la persona correcta.
—Las personas son ruidosas.
—Algunas son ruidosamente silenciosas.
No respondo, pero tiene razón. No se si tengo un amor-odio con ese tipo de personas. Me gusta escuchar a las personas, pero no soporto a las que hablan demasiado, o a las que chillan. Las que son ruidosas y silenciosas es el peor tipo, son personas que saben leerte, personas que se dan cuenta hasta del mínimo detalle sin preguntar, lo peor es que su silencio a veces puede decir en su totalidad cualquier cosa. Porque el silencio al igual que las miradas y los gestos, lo dice todo.
—¿Y tu te enamoraste? —le pregunto al rato. No responde y me sonrojo al pensar que se haya dormido, no quisiera despertarlo. Me acurruco un poco más contra su cuerpo y bostezo.
Cierro la puerta de la habitación de Aspen, al instante que vuelvo me topo con Isaac. Mierda. Aún tiene su pijama y me mira con los ojos como plato. Le sonrío inocente.
—No voy a preguntar —dice.
—No ha pasado nada —aclaro pero asiente y me mira sin creerme. Pasa de largo y rápidamente me escabullo a la habitación de Jake, que al verlo despierto intento controlar mis nervios.
—Buenas —saludo y me pongo de cuclillas para buscar ropa en mi maleta.
—Buenos días —se pone de pie y busca en su armario unas prendas— .¿Dónde estabas?

ESTÁS LEYENDO
Solo Él
Teen FictionKayla debe sobrevivir a Londres, donde los secretos comienzan a salir a luz luego de su llegada. Secretos no es lo único que ella descubre, también descubre el significado del amor, la amistad y la traición. ¿Ella está preparada para todo lo que s...