Solo Él

Capítulo 3

Dios mío ¡Yo dormí en su habitación! ¡En su cama!

Siento mi cara arder de la vergüenza.

—Es Kayla y deja de llamarme chica bragas —dije, claramente molesta. Mantiene su sonrisa.

—Oye, no la molestes. Es nuestra invitada y se quedará esta noche —advierte Jake. El rostro de Aspen se ilumina.

—¿Yo? ¿molestar? Pff, hermano, sabes que yo nunca haría eso —niega con una falsa inocencia.

Tocan timbre y me pongo rápidamente de pie —¡Ya voy! —busco rápidamente dinero y me acerco a la puerta.

—¿Quién es? —pregunta Jake.

—La pizza —responde indiferente Isaac.

—Hola, preciosa —me saluda un chico joven cuando abro la puerta. Sonríe coquetamente. Quiero extenderle el dinero para que me de la pizza, pero me he quedado paralizada en cuanto dijo la segunda palabra.

Siento mis ojos llenarse lágrimas y mi respiración se acelera.

—¿Cuánto es? —oigo la voz de Jake detrás mío, es lo único que me hace reaccionar. Me sobresalto y me escondo en la espalda de Jake, ambos lucen confundidos pero no dicen nada.

—Ah, sí. Dos libras.

—Toma —le extiendo el dinero a Jake, quien lo toma y se lo da al repartidor. Cuando él va a cerrar la puerta, el repartidor habla, con la vista en mí. Me encojo aún más detrás de Jake.

—Hey, me preguntaba, si me puedes dar tu número de...

—Ella no te va a dar nada —interrumpe Jake de manera brusca y le cierra la puerta en la cara.

Me doy la vuelta y me siento en el sofá, levanto la vista y los tres me están mirando. Me muerdo el labio inferior —Voy al baño.

Corro y me encierro allí. Me miro en el espejo y hago una mueca. Mi cabello castaño está despeinado, debajo de mis ojos grises hay grandes ojeras por no dormir correctamente y mi cuerpo se siente pesado.

Ignoro el dolor en mi abdomen y me bajo los vaqueros y bragas para hacer pipi, cierro los ojos con fuerza cuando siento un ardor recorrerme. Tendría que ir al doctor a revisarme, tendría que ir sola...

Me lavo las manos y el rostro y salgo del baño. Aspen y Isaac están en el sofá frente a la televisión y Jake en el otro, me siento a su lado. Isaac inicia una conversación con la que no estoy muy entusiasmada.

—¿Te anotaste en la universidad? —asentí— ¿En que carrera?

—Literatura inglesa — Isaac asiente y el rostro de Aspen brillaba con curiosidad.

—¿Literatura inglesa? —repite el último.

—Si, desde niña me encanta leer y escribir.

—Interesante... —susurra.

—¿Tú qué estudias? —ríe ante mi pregunta y hago un mohín.

—Seremos compañeros —abro los ojos, sorprendida.

—¿Tú? ¿Literatura inglesa? —no pude evitar preguntar con tono incrédulo.

—¿Tanto te sorprende? —se burla.

—Si, digo no... es que no pareces el tipo de chico que le gusta escribir y leer —justo en ese momento recuerdo el poema que había leído en su cuarto, joder, si tiene talento.

—No juzgues por las apariencias, muñeca.

—¿Muñeca? ¿Ahora soy muñeca? —arqueo una ceja.