Capítulo 36

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Despierto algo desorientada, el perfume de Aspen llena mis sentidos y eso me confunde aún más. Cuando abro los ojos por completo, noto que estoy en la habitación del Niño Bonito, la de la casa de sus padres.

Me incorporo sobre mis codos y observo la habitación. Mamá se lleva toda mi atención, está apoyada en el umbral de la puerta y solo me mira, sin expresión. Me recuerda a Oliver. El que se adueñaba de mis pensamientos hace rato le pasa por un lado a Fiona y me da una sonrisa de boca cerrada al verme despierta, arrugo las cejas.

—¿Qué pasó? —pregunto mientras lo veo acercarse y sentarse a mi lado.

—Te desmayaste.

Los recuerdos vienen a mí como una rafaga de viento y mis ojos se cristalizan. Aspen se apresura a abrazarme y sollozo contra su pecho. La mirada de mamá me hace sentirme juzgada y me inquieta.

—Me equivoqué, no debí confiar rápidamente en ella... —él toma mi rostro entre sus manos y quita mis lágrimas, que han dejado de salir con su cercanía.

—No entiendo nada así que cálmate. Si debes llorar hazlo, pero luego quiero que te levantes, tomes ese dolor y lo transformes en poder, úsalo como motivación, Diana.

Me aferro a la última palabra, la única que siento que me mantendrá a flote en estos momentos.

Él me dijo que no confía en ella y no lo escuché, le dije que era mi tía y no me haría daño. Pero me equivoqué. De pronto, los hilos en mi cabeza se conectan. El accidente... ¡Qué tonta fui, no ha sido Ryan, fue Katy! Que se haya olvidado unos lindos tacones no es excusa para no subirse al avión. ¿Nick tendrá algo que ver? Él estuvo en el avión con nosotros y pudo haber muerto. ¿Sería capaz de arriesgar su vida de esa manera?

Y para empeorar las cosas, me llega un mensaje de Bob.

Querida, el baile ya está

organizado. Será en dos semanas,

luego te paso la dirección.

—Joder —digo releyendo otra vez el mensaje. Había olvidado por completo el baile.

—¿Qué sucede?

—Bob quiere hacer un baile —rasco mi nuca— .No me acuerdo para qué.

Fiona da un paso adelante y ambos la miramos —¿He oído baile?

Y maldita sea, su sonrisa da miedo. Estoy segura que Jake me diría que se parece a la mía cuando se me ocurre una idea.

—Sí —odio el tono en el que eso salió, dudando.

—Iremos —y se va nuevamente, cerrando la puerta y ni siquiera preguntando como estoy.

Paso las manos por mi rostro y muerdo mi labio inferior. Aspen entrecierra los ojos hacía mí y arrugo las cejas ante su mirada divertida.

—¿Qué?

—¿Quieres distraerte? —pregunta y ni siquiera dudo en asentir. Son muchas las cosas que tengo en la cabeza y quisiera escapar de la realidad un rato. Me conformo con unos segundos— .Bien, vamos.

Él comienza a guardar cosas en su bolso que no alcanzo a ver y salimos de la habitación, tomados de la mano. Busco mi bolso y abrigo antes de acercarnos a la puerta. Brenda nos intercede, tiene una copa de vino en la mano izquierda y me da un beso en la mejilla.

—Me alegro de verte bien —creo que se refiere a mi repentino desmayo— .Será mejor que se vayan ahora, antes de que Fiona se vuelva más insoportable.

—Gracias —le agradezco, sonriéndole pequeñamente y ella se encoge de hombros, bebiendo de su copa de vino.

—Te llamaré en estos días para una sesión —señala y nos deja el camino libre.

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