Quito los restos de cabello de mi rostro cuando subo a la superficie y respiro hondo. Lleno mis pulmones de aire y me pongo boca arriba mientras floto. Siento a Aspen nadar debajo mío y sonrío.
Ahogo un grito cuando siento sus brazos levantarme, por instinto lo abrazo por el cuello y finjo estar enojada cuando abre los ojos y sacude la cabeza, salpicando agua.
—Linda camiseta —mis ojos bajan a donde los suyos están clavados, mis pechos. Juro que en mi mente ya me suicidé, ¡La camiseta es blanca! ¡¿Cómo no lo pensé antes?!
Me remuevo en sus brazos y me suelta.
—Ojos arriba, idiota —le hago una seña y reprimo una sonrisa, por suerte tengo sostén.
—¿Volvemos a los insultos? —ladea una sonrisa contagiosa.
—Nunca pararon.
Ríe —Que tosca.
—¡Oye! —le tiro agua— ¡Yo no soy tosca!
Le tiro agua y él a mí y de pronto estamos en una guerra de agua.
—¡Ya, ya! ¡Me rindo! —afirma. Ambos nos detenemos y observo como le da un vistazo rápido a mi cuerpo y carraspea— Lindo sostén.
Le vuelvo a tirar agua y Aspen se queja.
—¡Ya, lo siento! —trata de escudarse con sus manos y río.
Luego de llorar en su pecho, nos quedamos en silencio. Un silencio extremadamente cómodo y reconfortante.
Salimos del agua y varios escalofríos recorren mi cuerpo al sentir el frío viento.
—Ponte al sol —masculla temblando del frío.
Caminamos dos pasos y nos plantamos bajo el sol. Suelto un suspiro al sentirme más cálida y me acuesto, mirando hacía el cielo. Aspen me imita.
—'Hay heridas incurables, y terriblemente dolorosas, que no huelen a sangre sino a recuerdos'.
—¿Ron Israel? —arqueo una ceja y sonríe, confirmando.
—Nunca podrás olvidar lo que ha sucedido, Diana. Cada día que pasa es una lucha constante, pero de eso se trata la vida. De sobrevivir.
—Pero... no se puede estar en modo sobreviviente por siempre.
—Inconscientemente lo estás —refuta— .Algunos dicen querer morir, cuando en realidad desean a alguien que esté con ellos y ayuden a descartar esos pensamientos.
—¿Hablas por experiencia? —lo miro aterrada ante esas posibilidades.
Niega —Mi hermano no decía lo que sentía, se resguardaba en sí mismo y nadie pudo ayudarle cuando fue demasiado tarde.
—¿Puedo preguntar cómo murió? —muerdo mi labio inferior y gateo hasta quedar a su lado y apoyo mi cabeza en su pecho, sintiendo como su corazón se acelera, mi brazo rodea su torso y los suyos mi cuerpo.
—Su nombre era Dereck —se esfuerza por seguir hablando y de pronto me siento terrible.
—No tienes que decirme...
—Sí quiero —me interrumpe y asiento— .Él tenía veinte y yo diez cuando todo sucedió. Mi padre lo había mandado a hacer las compras, cuando estaba comprando... —su voz se quiebra y carraspea, mi barbilla descansa en su pecho y lo veo con los ojos llorosos— .Cuando estaba comprando, dos hombres intentaron robar a mano armada. Su complejo de héroe le ganó a su instinto y le dispararon. Dereck solo... se rindió en cuanto su cuerpo chocó contra el suelo.

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Solo Él
Teen FictionKayla debe sobrevivir a Londres, donde los secretos comienzan a salir a luz luego de su llegada. Secretos no es lo único que ella descubre, también descubre el significado del amor, la amistad y la traición. ¿Ella está preparada para todo lo que s...