Capítulo 20

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Al llegar mi boca se abrió en una gran O.

La mansión Smith es mucho más grande de lo que me imaginaba; una gran reja alrededor de esta -que nos permite el paso cuando digo mi nombre- un gran camino de suelo liso y a cada lado hay pasto, demasiado. La casa es antigua, de ladrillos y piedras, debe tener cerca de tres pisos, ventanas que parecen recién pintadas y se ve que tiene demasiadas habitaciones.

Aspen y yo nos bajamos de su auto y ambos miramos la enorme casa frente a nosotros. Trago grueso, buscando la mano de Aspen para entrelazar nuestros dedos, buscando tranquilidad y calmar mis nervios, él lo entiende y me da un suave pero firme apretón.

Cuando estoy por tocar la puerta, me giro inmediatamente hacía Aspen.

—Gracias por venir —le digo con total sinceridad y me le acerco.

—Gracias por dejarme acompañarte —susurra. Me relamo los labios por instinto y él hace lo mismo.

Nos acercamos cada vez más. Nuestras manos acariciándose y nuestro pulso casi en el cielo me advierte lo que vamos a hacer, el error que vamos a cometer... abren la puerta de golpe, haciéndome sobresaltar y alejarme de Aspen. Del casi error.

La persona que está en la puerta es Ben, quien sonríe abiertamente en mi dirección.

—Hola, prima.

—Hola, Ben.

Ben mira a Aspen y al reconocerlo borra su sonrisa, luego nuestras manos unidas, vuelve su vista a Aspen, luego a mí y se queda en mi acompañante otra vez. ¿Por qué lo mira así?

—No me digas que te metiste con ella —dice entre dientes Ben.

—No lo hice, tarado —Aspen contesta mientras rueda los ojos.

—Sí le tocas un solo cabello...

—¿Se conocen? —interrumpo, confusa.

—Te recomiendo que te alejes de él, Kayla, nunca sabes por dónde te clavará el cuchillo.

Aspen bufa —Superalo.

—No me...

—¡Hola! ¿Por qué tardan tanto? —Miley aparece, interrumpiendo a su hermano.

—Kayla trajo compañía —dice Ben.

Miley me mira y luego a Aspen —Ay no —dice ella.

—Ay si —contesta Ben.

—¿Qué pasa?

—Es un Brown —arquea su perfecta ceja depilada— ¿Sabes que nuestras familias no se llevan bien?

—No...

—Los problemas entre nuestras familias no deberían importar hoy, estoy aquí por Kayla, por nadie más —dice Aspen y se gana una pequeña sonrisa mía.

—Está bien —no parecen muy convencidos— .Pasen.

Ben nos abre la puerta y entramos; el recibidor clásico y tiene pocos muebles, hay una gran escalera que lleva hacia arriba, alfombra roja y al lado izquierdo hay una sala y al lado derecho hay otra, que parece un comedor.

—Por aquí —murmura Miley.

Nos guía a la sala del lado izquierdo y hago más firme el agarre de la mano de Aspen en cuanto más nos acercamos. Joder, siento que estoy sudando. Todo está pasando demasiado rápido, demasiadas emociones juntas...

Mi respiración se está haciendo más pesada, y siento que va a pasar. Aquí y ahora. Siento la mirada de Aspen sobre mí y lo miro presa del pánico, detiene nuestros pasos y se pone frente a mí, tapando el interior de la sala.

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