Solo Él

Capítulo 39

Oliver, sin ser nada gentil, corre la silla de Aspen y se sienta él mismo.

—Pero...

—Te callas —lo corta autoritariamente y el rubio acomoda su silla al lado de Isaac, mirando mal a mi tío.

Yo estoy en el medio, Jake a mi izquierda, Oliver a mi derecha y a él le siguen el pelirrojo y su amigo. Dylan se sienta al lado del primero y me mira apenado.

—Lo siento —logro entender ya que no habla, solo modula.

Frunzo el ceño pero Oliver golpea la mesa y me sobresalto. Lo miro inmediatamente y veo cómo la vena de su frente crece cada vez más.

—Eres una irresponsable, Kayla —oh, diablos, ha usado mi nombre— .¿Cómo no vas a decirme que mi hermana está aquí? ¿Uhm?

Miro a Dylan, buscando alguna explicación, mientras mi cerebro trata de comprender las palabras de Oliver. Lo sabe, es lo único que repite mi mente y siento que estallaré.

—Me escuchó hablando con ella —explica, avergonzado.

—¿Mamá sabe? —cuestiono en un hilo de voz y Dylan niega. Pues si se entera me come viva.

—¿En qué diablos estabas pensando en no decirme? —sisea enojado Oliver y se inclina sobre la mesa.

—No le hables de ese modo —se entromete Aspen y niego con la cabeza— .Ella no es la responsable de las locuras de su familia.

—En mi familia...

—En tu familia intentaron asesinarla —saca la verdad bruscamente y Oliver cierra la boca. Me mira en busca de una explicación pero estoy muda, sin palabras.

—Kayla —subo la vista hacía Bob y trato de sonreír antes de ponerme de pie. Necesito alejarme de Oliver al menos unos segundos, necesito pensar con claridad.

A medida que me acerco noto que está con una mujer rubia, es tan hermosa que no tengo palabras para describirla, y me siento hipnotizada por sus ojos de diferentes colores. A su lado hay un hombre pelinegro y de ojos azules, me mira un breve segundo antes de volver a mirar a la mujer. Sólo tiene ojos para ella, pienso y mi corazón se ablanda por eso. También tienen una pequeña niña pelirroja, que parece que se quiere largar ya de aquí. Me le quedo viendo unos segundos, ya que esos ojos me recuerdan a alguien, pero no logro recordar a quien.

—Ella es Aurora Parker —comenta Bob y mis ojos se abren sorprendidos, recuerdo que es el nombre de la mujer que Oliver ama— .La abogada de la que tanto te hablé.

—Oh, claro —estrecho la mano de la rubia y su sonrisa se me contagia— .He escuchado mucho de tí.

Ella ríe —Cosas buenas espero.

—Ni te imaginas.

—Y ellos son el socio, Erik, y la hija, Lina —el hombre sonríe tiernamente y la pequeña me mira con aburrimiento— .Los dejaré para que se conozcan.

—Y yo les daré su espacio —Erik le da un beso en la mejilla a Aurora y se lleva a la pequeña a una mesa, donde comienzan a hablar y a reír. Bob se va tan rápido como me llamó.

—¿Es tu esposo? —le pregunto para romper el silencio que se ha formado.

—No —desvía la vista y se recupera— .Sólo es mi acompañante está noche.

—¿Y la niña quien es? —arqueo una ceja y ella sonríe.

—Mi hija, pero no tiene nada que ver con él.

—Sí tu dices...

—El testamento está hecho —informa y me enderezo— .No parece ser una noticia que te agrade.