Camino por los pasillos de la universidad con Aspen cuando nos cruzamos con el director. Siento como palidezco y dejo de respirar. No me había dado cuenta de que detení mis pasos hasta que Aspen me da un suave empujón.
Dos pasos más y estamos frente al director Harrison, que me mira neutral haciéndome tragar grueso.
—Señorita, ¿Tiene un momento?
Miro a Aspen de reojo y está igual de tenso que yo, me obligo a responder luego de un minuto en silencio.
—Cla-claro —tartamudeo. Ojeo a mi compañero antes de seguir al director a su oficina. Ninguno saluda a la secretaria ni ella a nosotros, ni siquiera nos ve.
Cierra su puerta y me sobresalto, Harrison se sienta en su lugar y al ver que continuó de pie cerca de la puerta, me invita a sentarme en la silla frente a su escritorio.
El sonido del reloj es lo único que se oye.
Tic. Tac.
Mi pierna se mueve con ansiedad ante el silencio incómodo.
Tic. Tac. Tic. Tac.
—¿Me va a expulsar? —pregunto directamente, lo que me ha estado comiendo la cabeza desde que lo ví acercarse.
Sus ojos grises se toman su tiempo para analizarme. Sus ojos... son curiosos, tengo un presentimiento y no me decido si me agrada o no. Me recuerdan a un mar, un mar de misterios.
Harrison luce peor la última vez que lo ví, bueno, no es como que lo haya visto tantas veces, está es la segunda. Tiene bolsas bajo los ojos, lo que indica que no ha dormido mucho, su cabello algo despeinado y su traje está muy arrugado.
—No la expulsaré —responde mi pregunta de hace unos minutos. Se inclina hacía atrás y se cruza de piernas, pone una mano en su mentón.
Arrugo mis cejas con confusión y ladeo la cabeza, mordiéndome el labio inferior —¿Por qué no?
Eres estúpida, Kayla.
Harrison arquea una ceja —¿Quieres que te expulse?
—¡No! —digo rápidamente y con expresión de horror. Suspiro aliviada cuando esboza una pequeña sonrisa divertida.
—No lo haré, puede quedarse tranquila, señorita Smith.
Entrecierro los ojos —Usted vió las fotos en la que salgo con Dylan Smith.
Mi sospecha se confirma cuando se endereza y adopta una expresión seria —Sí.
—¿Y por qué no me expulsa? —siento la necesidad de insistir— ¿No piensa que le habré mentido sobre conocerlos? ¿No que los odia?
—Señorita Smith —dice seriamente— .No dudo de lo que me ha dicho el día que vino a inscribirse. Me resulta extraña la situación, sí, pero por alguna desconocida razón le creo.
Nos quedamos viendo uno al otro fijamente. No sé qué decir o creer.
—Entonces debo volver a clase —hago un mohín— .Si no tiene nada más que decir...
—Pasará de año de todas formas —sonrío porque es cierto— .Además, no la llamaría en vano, si lo hago es porque siempre tengo algo que decir.
—Pues, adelante.
—Brenda Brown, su terapeuta, me ha llamado. Me dió razones válidas para que su año escolar se acabe el día de hoy.
—¿Osea qué las clases terminan hoy? —le pregunto en verdad emocionada.
Él me sonríe y saca de una gaveta un papel, me lo extiende y mi sonrisa se agranda al ver el certificado que informa que he acabado primer año con éxito.

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Solo Él
Teen FictionKayla debe sobrevivir a Londres, donde los secretos comienzan a salir a luz luego de su llegada. Secretos no es lo único que ella descubre, también descubre el significado del amor, la amistad y la traición. ¿Ella está preparada para todo lo que s...