Kayla Diana Smith
¿Por qué este idiota tenía que venir a Italia? ¿Uhm, por qué? En cualquier momento querrá venir a dormir, hay más habitaciones pero le gusta joder y va a venir aquí. Además, me conozco y sé que si no viene yo iría a su habitación. ¿Por qué? ¡Porque estoy loca!
Me llevo las manos a la cabeza al acordarme lo que me había dicho Brenda, eso de lo que debo dormir sola para ver si sigo teniendo pesadillas. ¡Aleluya! Una excusa para no dormir con Aspen.
La perilla gira y borro mi sonrisa para disimular. Aspen entra a la habitación cautelosamente y buscándome con la vista, cuando me encuentra a un lado de la ventana me sonríe.
—¿Vamos a dormir o quieres hacer cochinadas? —me es imposible no reír y niego con la cabeza.
—Lo siento, Niño Bonito pero hoy no va a poder ser —arruga las cejas mientras yo me siento en la cama.
—¿Por qué? —hace un puchero.
—Porque mi terapeuta me dijo que tengo que dormir sola —explico— .No quiere que desarrolle una dependencia hacía nadie, además de que quiere saber si las pesadillas continúan.
—¿Ósea que tu terapeuta sabe que duermes conmigo? —abre los ojos como plato cuando asiento y se lleva una mano a la cabeza— .Mierda.
—¿Qué sucede? —le pregunto ante su pánico.
—Nada nada —respira hondo y trata de sonreirme— .Bien, pues me voy. Sueña con los angelitos —dice y se va, cerrando la puerta de la habitación.
Me encojo de hombros y apago la luz de la mesita de noche, metiéndome bajo las cobijas pienso en lo que en verdad voy a hacer. Dormir sola.
Ayer también he dormido sola pero estaba más cansada que luego de correr un maratón, así que no cuenta. Ahora soy más consciente que seguramente tendré pesadillas y tendré que ver a Cameron allí.
Cierro lo ojos y me obligo a dejar de pensar, porque si pienso que va a suceder eso, es lo que pasará. Así que tengo que ser positiva.
Mi alarma suena y estiro un brazo para apagarla. Bostezo y quito los mechones de cabello de mi rostro mientras me incorporo. Rápidamente mi sueño viene a mi cabeza y me llevo las manos a mi boca al darme cuenta que no fue ninguna pesadilla. De hecho, soñé con mamá, estábamos juntas y felices. Mi corazón se achica por eso y me cambio de ropa.
Al abrir la puerta, Aspen cae a mis pies y frunzo el ceño. Hace una mueca de dolor y toca la parte trasera de su cabeza, que ha golpeado el suelo.
—¿Qué haces? —le pregunto confusa y se incorpora haciendo muecas y tocando su espalda.
—Cuidarte que no tengas pesadillas —me pasa por un lado y se acuesta en la cama, soltando un suspiro de alivio— .El suelo de está casa no es nada cómodo.
—¿Estuviste toda la noche allí? —asiente y se acomoda para dormir. Sonrío y me acerco a darle un beso en la frente— .En la noche nos iremos, descansa mientras tanto.
—Lo haré, Diana —balbucea abrazando una almohada.
Me le quedo viendo unos segundos y pestañeo para salir de mi trance. Me cuesta creer que se haya quedado toda la noche en mi puerta sólo para cuidarme por si tengo pesadillas. Aunque viniendo de Aspen no debería sorprenderme.
Sin embargo, lo más importante es que pude dormir sola y ninguna pesadilla me atormentó. Me siento demasiado bien conmigo misma y hay cosas que debo seguir mejorando, y con la ayuda de Brenda me estoy superando de una manera que nunca creí que pudiera hacerlo.

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Solo Él
Novela JuvenilKayla debe sobrevivir a Londres, donde los secretos comienzan a salir a luz luego de su llegada. Secretos no es lo único que ella descubre, también descubre el significado del amor, la amistad y la traición. ¿Ella está preparada para todo lo que s...