..
Desde hace siete días la Mizukage había regresado a Kirigakure y Sakura se quedo un poco molesta con la mujer, pues esta no le había revelado el nombre de su afortunada víctima, así le llamaba Mei a su futuro esposo. Kakashi tampoco había querido contarle nada, más bien había fingido sorpresa cuando la joven le preguntó sobre la boda, todos los que presentaron el examen seguían viviendo en Konoha y eso era bastante raro.
Tsunade-sama había sido encontrada por Ino, pero se negaba a retomar su cargo como directora del hospital, esto había puesto de muy mal humor a Yamanaka y varios pacientes habían pagado las consecuencias de hacer enojar a Ino.
—No es justo, voy a renunciar al puesto y me importa un pepino lo que vayas a decirme. —replicó Ino.
Sakura dejo caer lo hombros con pesadez, por lo visto tendría que asumir la dirección del hospital, a menos que alguien más se ofreciera de voluntario.
—Naruto me construyo el laboratorio. —comentó por cambiar de tema.
—¡Vaya!, ¿y qué le diste? —preguntó moviendo ambas cejas con picardía.
Sakura se ruborizó, —yo no me meto en tus relaciones Ino, así que deja de fastidiarme.
Ino fingió una sonrisa, en repetidas ocasiones había presumido que iba a salir esa noche con algún galán, pero la verdad era que estaba sola, era difícil de creer, pero la hermosa rubia no tenía pretendientes, los shinobis de Konoha solían intimidarse con su presencia.
—¿Entonces qué?, ¿cuando me llevaras a tu laboratorio?.
—Oh, de momento no tengo equipos.
—¿Y qué esperas para que pedírselos a Naruto?. —le respondió como si fuese la cosa más obvia del mundo.
—Naruto no es un banco Ino. —replicó ofendida.
Ino bufó, —es el Hokage, tiene que tener un buen sueldo.
—No gana tanto como crees, además no puede disponer de los recursos de Konoha.
—Deberías aprovechar mejor el ser la esposa del Hokage.
Haruno resopló, estaba cansada de ese tipo de comentarios, ella no era una interesada, podría vivir con Naruto en una cueva si lo perdían todo, no lo abandonaría así cayeran en la miseria. Se despidió de su amiga y continúo realizando su trabajo, se dirigía a buscar una jeringa al depósito de medicinas cuando vio a Sasuke en el pasillo.
Freno apenas lo vio, giró en sobre sus talones para esconderse antes que el pelinegro la viera pero fue demasiado tarde, Sasuke apareció en un parpadeo ante ella y le apretó el brazo torciéndoselo.
—¿Qué demonios?. —se quejó la joven.
Sasuke la metió en el depósito y la arrincono contra la pared, Sakura estaba sorprendida, el Uchiha clavo su fríos ojos en los verdes, —¿Qué te pasa? —le recriminó a su amigo.
—Acabo de encontrarme con Naruto. —soltó con frialdad, Sakura tragó grueso, —¿por qué demonios cree que tengo una infección en mi —las pálidas mejillas del shinobi se coloraron levemente, —en mi...
—¡Se lo dije para que me dejara en paz!. —se defendió Sakura intentando zafarse de las manos de su antiguo compañero.
—¡Pudiste inventarle otra cosa! —Gritó y la kunoichi entrecerró los ojos por el volumen e su voz, —no sé cómo demonios lo harás, pero vas a limpiar mi imagen.
—Ok, Sasuke-kun, —comenzó aplicando su fuerza para soltarse del agarre del joven, le incomodaba tenerlo tan cerca, el pelinegro acepto poner espacio entre ellos, —si eso quieres, hoy mismo le cuento a Naruto lo que te paso y se acaba el problema.