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Naruto miraba con aire pensativo a Sakura mientras ella cocinaba, Shinachiku miraba caricaturas sentado en el sofá mientras mordisqueaba una galleta de limón con forma de elefante.
—¿Qué? —le preguntó ella.
—¿Que de qué?
—Llevas todo el rato mirándome.
—Estaba pensando en aquella vez que firmaste del divorcio.
Sakura levantó una ceja, habían pasado casi dos meses desde eso y la verdad le sorprendía que él no le hubiera dicho nada referente a eso.
—Lo firmé después de ti, recuérdalo. —respondió ella volviendo a la tarea de cortar zanahorias.
—Sí, pero el hecho de que lo firmaras me dolió.
Hizo un puchero intentando ganarse algunos cariñitos. Pero resulto lo contrario, Sakura se giró cruzándose de brazos.
—¿Y crees que no me dolió que trajeras unos papeles del divorcio así de la nada?, además tú firmaste primero.
Naruto enseguida cambio de semblante, él nunca se había puesto en el lugar de ella, en verdad debía ser un dolor de culo soportar su desconfianza.
Se apresuro a levantarse y besar las manos de su esposa, —perdona Sakura-chan, ya nunca más voy a desconfiar de ti.
—Yo sólo espero que esta vez sí sea verdad.
—Sólo era una pregunta que nació en mi cabeza, en si tú de verdad me hubieras dejado sino te fuera rogado por otra oportunidad.
Sakura entrecerró los ojos, —te hubiese dejado, pero porque me tenias harta. —le jaló la oreja y Naruto chilló de dolor.
—¡Ay, mi orejaa! —desde el sofá de la sala Shinachiku giró la cabeza para verlos, tenía las mejillas llenas de migajas —para Sakura-chan, Shina-chan nos está viendo.
—Que vea para que sepa que tiene un padre idiota.
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Diez horas después Naruto no podía dormir.
—Sakura-chan estás despierta. —le movió un hombro intentando despertarla.
—Hmm, ¿qué?
—¿De verdad querías divorciarte de mí?
Ella se acomodó de lado para verlo, debió suponer que el insomnio de su esposo se debía a la conversación de hace horas —desde el principio planeaba romper esos papeles Naruto, yo sólo quería que vieras lo lejos que habíamos llegado con tus dudas.
Los ojos de Naruto brillaron con admiración, —tú eres en verdad la mejor esposa que pude tener.
Ella sonrió, —no vas a engatusarme con tus palabras.
Naruto se abalanzó sobre ella y le besó el cuello provocándole cosquillas, —yo creo que sí. —dijo con voz cantarina mientras le acariciaba una pierna.
Sakura acercó el rostro de Naruto al suyo y lo besó en la boca con energía, ella no tenía mucha paciencia con otras personas, pero la paciencia que tenía con Naruto se debía al gran amor que sentía por su marido.