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—Entonces me infiltrare hoy mismo —dijo Kakashi alegre de poder hacer algo más productivo que vigilar a Yamato.
Hatake caminó hacia la puerta para irse, pero antes de salir, Mei habló nuevamente —para finiquitar algunos detalles quiero que vengas a verme antes de irte.
El plateado asintió con un movimiento de cabeza y salió dejándolos solos, él sería el shinobi que trabajaría de encubierto para investigar al señor feudal del país del agua.
—Tenzō, no me mires así, no haré nada con Hatake. —le dijo la Mizukage con una sonrisa divertida en su rostro.
Yamato sentado frente al escritorio de su esposa desvió la mirada hacia una esquina de la oficina y respondió con seriedad —Yo no he dicho nada.
—Pero lo estás imaginado.
Yamato estiró la tela de su pantalón, movió las piernas varias veces, se cruzó de brazos y mirándola fijamente respondió —no son sospechas sin fundamento, como sea, necesito conocer las rutas de transporte, me encargare yo mismo de capturar a los saqueadores, Kirigakure volverá a la normalidad, eso se lo prometo Lady Mei.
Con tanta determinación era difícil no tomarle cariño, —me gusta tú entusiasmo Tenzō, confío en que puedes hacer algo, ahora vayamos a la cama. —La cara que puso el castaño la hizo reír, —descuida, no te haré nada, estoy muy cansada, necesito dormir.
Yamato se ruborizó levemente —yo no pensé en nada, —se defendió sintiéndose intimidado con la intensa mirada de su esposa.
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Después del incidente de que los padres de Sakura vieran entre la bolsa de los víveres el baby doll negro con encaje fucsia que Naruto había comprado a su esposa, la cena transcurrió en total normalidad, chistes tontos por parte de Kizashi, varios regaños por no venir tan seguido de parte de Mebuki.
La pareja regresó a su casa, Sakura cumplió su promesa de probarse el baby doll.
—Conejita mueve la colita. —le pidió Naruto mirándola con ojos brillantes, estaba muy cómodo tendido en la cama, sin camisa y con ambas manos tras su cabeza.
Ella no tenía cola de conejo, sólo la prenda sexy que Naruto le había comprado, movió las caderas haciendo un movimiento sexy y entró seductoramente en la cama, donde Naruto la esperaba con una sonrisa.
Subió sobre las caderas de Hokage e inclinándose hacia adelante le acarició los bigotitos de las mejillas —Señor zorro no me haga daño. —dijo fingiendo inocencia.
El Hokage sonrió colocado las manos en las caderas de su esposa, —no te preocupes conejita, sólo te voy a morder un poquito.
La besó con energía mientras se movía para quedar sentado en el centro de la cama, con ella sobre sus piernas, lamió y mordió suavemente el lóbulo de la oreja femenina provocándole cosquillas a la pelirosa.
—Jaja, te castigare por eso, sabes que es mi zona sensible.
—Las conejitas no hablan —le recordó mofándose.
—Los zorros tampoco.
Sakura pasó un brazo por el cuello de su marido y se besaron mientras él jugaba con las orejas de conejo sobre la cabeza de su esposa, dejó el cintillo en su cabello y comenzó a recorrer la espalda de la mujer buscando la manera de quitarle el baby doll.
—No debiste decirle eso a mis padres, ahora estarán pendiente de nosotros —le dijo ella deteniéndose un momento, se refería al hecho de que se estaban reconciliando.