Cap. 29: El nuevo vecino

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Sakura despertó con el sonido de un martillo golpeando algo, se frotó los ojos intentando despejar el sueño, se retorció en la cama hasta que pensó en algo, ella no tenía vecinos, su casa era la única de esa zona.

—¿Qué demonios? —se sentó en la cama extrañada, se colocó sus pantuflas mientras seguía escuchando el martilleo constante y fuerte.

La pelirosa abrió la ventana de la habitación y no vio nada, pero el sonido continuaba, guiándose por el ruido salió del dormitorio y caminó hacia la puerta trasera que daba con lo que se supone seria el patio de la vivienda, pero como no tenían nada que delimitara el terreno cualquiera podría entrar allí, cualquiera que supiera donde estaban los sellos de seguridad.

Sakura abrió la puerta y vio algo extraño, la puerta del laboratorio que Naruto había construido para ella estaba abierta, aparentemente alguien estaba allí.

—¿Un invasor? —murmuró con perplejidad.

Con una vena punzando en su frente Sakura regresó rápidamente al dormitorio y se puso sobre su corta pijama un albornoz, salió de la vivienda dispuesta a echar a los atrevidos. Había tanto lugar y justamente iban a invadir parte de su propiedad, estaba indignada.

¨No saben con quien se están metiendo¨ pensó con malicia, aterrorizaría a los invasores.

Ya fuera de la casa, fue con cautela hasta el laboratorio, había unas maderas esparcidas en el suelo y parte de una pared de madera estaba rota, Sakura se armó con una tabla y entró al lugar.

Estuvo a punto de golpearlo pero se frenó al reconocerlo.

—¿Qué demonios haces aquí Naruto? —replicó bajando la madera.

—¿Eh?, ah, hola Sakura-chan, estoy haciendo unas ventanas extras, voy a vivir aquí temporalmente. —explicó mientras seleccionaba unas maderas.

Sakura se cruzó de brazos pisoteando fuerte en el suelo, estaba ofendida e indignada.

—¡No puedes, es mi laboratorio! —le gritó tratando de llamar su atención ya que Naruto se comportaba como si ella no estuviera allí, ni siquiera se detenía a mirarla.

Con el escándalo de su mujer Naruto dejó lo que hacía y la miró, pero seguía agachado como si tuviera el control de todo.

—¿Por qué no?, no lo estas usando, necesito un lugar donde quedarme y también donde pueda asegúrame de que tú y el bebé estén bien —explicó tranquilamente.

—¡Prometiste que la casa sería sólo para mí!

Naruto se levantó mientras decía —y lo he cumplido, tú vives en la casa, yo viviré aquí hasta que me dejes volver a la casa.

Sakura enfureció, aun así controlo las ganas de golpearlo.

—¡Estás haciendo esto con otras intensiones, te conozco, sólo quieres asegurarte de verme todos los días!

Él lo admitió —es verdad, no puedes culparme por preocuparte por tú bienestar, ¿qué tal si necesitas algo?, he escuchado que las mujeres embarazadas tienen antojos, yo quiero poder cumplir los tuyos.

Eso conmovió a la pelirosa, pero se mantuvo firme, se cruzó de brazos nuevamente y dio un paso atrás, sólo por esta vez Naruto le había ganado.

—¡Bien!, puedes quedarte, pero trata de ser invisible, quiero llevar un embarazo tranquilo.

Él sonrió —gracias Sakura-chan, ya sabes, si estoy aquí y necesitas algo no dudes en decírmelo.

Sakura regresó a la casa para alistarse e ir a trabajar, que Naruto se mudara justo al lado de su casa era algo inesperado, pero él tenía razón, lo mejor era tenerlo cerca por si necesitaba su ayuda en algún momento.

El amor apárese narusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora