Cap. 27: El soborno de un kage

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Sakura cerró la puerta antes de que Naruto pudiera entrar, el rubio suspiró estresado, llevaba cuatro días intentando hablar con ella, pero la pelirosa no lo escuchaba y mucho menos recibía sus visitas.

—¡Sakura-chan, escúchame al menos! —le rogó apoyando la frente de la puerta cerrada.

El Hokage estaba literalmente desesperado y muy preocupado de que su mujer no lo perdonara nunca.

—¡Largo Naruto!, ¡no quiero verte!

—¿Como nos vamos a reconciliar sino me dejas hablar? —insistió con vehemencia.

—¡Yo no me quiero reconciliar!

Karin torció los ojos al escucharla, ya no necesitaba ver telenovelas para distraerse, sólo tenía que prestar atención a la vida de su nueva compañera, nunca imagino que terminarían viviendo juntas.

—¡Por favor Sakura-chan te lo ruego, vuelve conmigo, haré lo que sea que me pidas!

La pelirosa abrió la puerta sorprendiendo a Naruto, Karin puso toda su atención en Haruno, pero Sakura sólo había abierto la puerta por obligación, no quería que todos se enteraran de lo que estaba pasando entre Naruto y ella.

El rubio la miraba esperanzado, pero poco duro su esperanza, porque cuando ella le habló lo hizo con frialdad.

—No voy a volver contigo por más que me ruegues, sigue con tu vida Naruto, yo seguiré con la mía.

Naruto insistió intentando tocar sus manos, pero ella se apartó —mi vida sin ti es horrible Sakura-chan, vuelve conmigo por favor, sé que fui un estúpido y estoy muy arrepentido.

Ella lo observó, en verdad podía ver el aspecto desaliñado del Hokage, pero aun estaba enojada por haberla puesto de puta.

Con una mano en la puerta y la otra en las caderas ella suspiró —Sé que lo superaras, ahora vete, estaba por tomar mi siesta.

Naruto por fin comprendió que no era suficiente con rogarle, tenía que hacer algo más, tenía que demostrarle que de verdad la amaba, tenía que conmover el corazón de su esposa. ¿Pero cómo?

—Bien, me iré, pero tendrás noticias mías, no renunciare a ti nunca.

Giró su cuerpo en redondo y comenzó a irse, dejó a su esposa allí en el departamento que ahora era de Karin. Sakura cerró la puerta, aunque estaba enojada con él, saber que Naruto lucharía por ella tenía un gran valor para la pelirosa.

—Ustedes sí que se montan unos dramas tremendos —comentó Karin, estaba frente al televisor comiendo frituras de papas.

Sakura suspiró con desgana.

—Ya no puedo pensar sólo en mí Karin, si regreso con Naruto será lo mismo de siempre, él simplemente no cree en mí.

Karin prefirió guardar silencio, de estar en lugar de Sakura tampoco perdonaría a su pareja si este ponía en duda su paternidad, aunque había algo que la incomodaba, ese departamento apenas tenía una habitación y la estaba compartiendo con ella, extrañaba vivir sola.

En la tarde después de tomar su siesta Sakura tenía pautada una cita con la terapeuta, la misma que hace meses atrás había visitado con Naruto, tuvo que esperar media hora hasta que salió el paciente que estaba atendiendo la psicóloga.

—Sakura-san ya puede pasar. —le indicó la secretaria.

La pelirosa entró a la oficina, todo estaba igual que la última vez que estuvo ahí, la terapeuta estaba escribiendo algo en una libreta, levantó la vista al sentir la presencia de Sakura y la saludó con una leve sonrisa.

El amor apárese narusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora