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¿Qué era lo peor que podía pasarle?, oh si, quedar medio muerto, o medio vivo, depende de que tan positiva tengas tu mente, en el peor de los casos Naruto podía morir, pero tenía que hacerlo.
Ella estaba por terminar, lo sabía y si no se apresuraba perdería una buena oportunidad. Con el corazón latiendo desbocado en su pecho el rubio se armó de valor, haría un movimiento arriesgado y esperaba no terminar con los huesos rotos.
Sakura saltó ligeramente sorprendida cuando salió de la ducha y encontró a Naruto en el dormitorio.
—¡Dios!, me asustaste, —se quejó llevándose una mano al pecho, justo en el lugar donde latía su corazón, —¿qué haces aquí?
—Necesito algo más de mi ropa.
Ella le miró con desconfianza —bien, sácala rápido, no tienes permitido estar aquí.
Vestida con sólo un albornoz blanco se dispuso a peinarse frente al espejo, el ruido de la secadora de cabello era lo único que se escuchaba en la habitación, Naruto abrió el closet que estaba a espaldas de su mujer.
Comenzó a buscar su ropa lentamente mientras su mente trabajaba a millón. Sakura desenredaba su cabello mientras pensaba en el hecho de que sus padres ya sabían que estaba embarazada y su madre quería acompañarla en su próxima visita con la especialista.
—No consigo mi playera, la que tiene las letras amarillas y es negra.
—Busca bien, tiene que estar allí. —respondió ella sin mirarlo.
—No la veo.
Sakura suspiro y se levantó, Naruto nunca conseguía nada, la pelirosa se acercó a él y encontró rápidamente la playera. —Debes estar ciego, —la tomó, se la entregó y se giró para alejarse, pero él no la dejó dar más de dos pasos cuando ella de pronto estaba entre los brazos de su esposo.
—¿Q-que crees que estás haciendo Naruto? —se quejó en un balbuceó, tratando de deshacer el abrazo.
—Nada —respondió comenzando a besar su cuello, —sabes que soy débil a ti cuando sales de la ducha. —le dijo con voz suave.
—Naruto, —cerró los ojos mordiéndose los labios —no podemos hacer esto. —dijo en un susurro.
Él no dijo nada, acarició el cuerpo de su esposa deslizando una mano por su pierna, la pelirosa giró el rostro y se besaron, la sintió rendirse, era su mejor victoria. Las manos del rubio fueron directamente a los pechos de su esposa y los apretó ligeramente, Sakura suspiró en su boca.
Libido deHaruno aumento muchísimo, aun estando de espaldas llevó las manos a los cabellos rubios y los revolvió haciendo que la sangre de Naruto hirviera de puro deseo, Sakura se giró entre los brazos de Naruto y lo empujó hacia la cama.
Uzumaki la vio gatear en la cama hasta quedar sentada sobre él, con una pierna a cada lado se sentó sobre las caderas del Hokage, era una imaginen demasiado sexy, los ojos del rubio brillaron maravillados.
—¿Esto significa que nos estamos reconciliando? —le preguntó con una amplia sonrisa.
—No hables. —se inclinó y atrapó las manos de Naruto, las alzó lentamente sobre la cabeza del ninja, se besaron con ardor.
Sakura aflojó el agarre de las manos y él logró ponerlas donde quería, desató el nudo del albornoz y admiró la desnudes de su esposa, el vientre de algunos meses lo hizo pensar en cómo llevar el acto de una manera más precavida, no quería causarle algún daño a su hijo.