Cap. 22: Despertar

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Naruto ni había podido entrar a la habitación, Sakura se había encargado de traerle dos sabanas y una almohada, como pudo el rubio se acostó en el sofá, tardo mucho en dormirse porque estaba muy preocupado, aun no llevaban ni un año de casados y habían tenido varias discusiones serias.

—Esta vez no me puedo volver a ir. —murmuró temprano por la mañana, aun acostado en el sofá.

Y de aquellas discusiones dos veces se había marchado de la casa, pensó que tal vez Sakura debía estar esperando eso, o mejor dicho Sasuke, "pero que ni se crea que le voy a dejar el camino libre con Sakura-chan".

—Buenos días —le saludó Sakura con seriedad, pasando frente a él ya vestida con su ropa de trabajar.

A él le sorprendió que le hablara, pensó que no le hablaría al menos durante una semana, —te deje algo de desayuno, pero ni te creas que por eso las cosas están bien entre nosotros.

Naruto se sentó, —¿por qué no te quedas Sakura-chan?, sabes que no es necesario que trabajes tanto, con mi sueldo basta para mantener esta casa.

Haruno se sintió ofendida, —jum, y ahora quieres que sea una mantenida, no es mi estilo quedarme todo el día en casa esperando a que llegues, —revisando su bolso agregó, —no tengo tiempo para hablar de esto ahora, ya me voy.

Ella abrió la puerta que daba al jardín, cuando Naruto se quedo solo, suspiró, "ella todavía sigue molesta, debo hacer algo".

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En el suelo, Yamato despertó sintiendo que algo le tocaba el pecho, tocó ese algo, y lo reconoció como un pie descalzo, abrió los ojos y vio a Mei sentada en el borde de la cama, se veía hermosa, bueno, ella es hermosa, esta era la primera vez que despertaba y lo primero que veía eran el rostro de Mei, usaba una bata de esas que parecen un vestido, con cuello en "v" una prenda muy elegante, blanca semitransparente y de mangas largas.

—Tenzō. —su voz al principio sonó suave.

—Buenos días Lady Mei.

El reclamo no tardo en llegar, —¡te quedaste dormido idiota!.

Aun sin soltarle el pie, contestó con cara de miedo —mil perdones por eso, eran las dos de la madrugada cuando usted no había regresado, me quede dormido sin darme cuenta.

Ver a su ex prometido había afectado un poco a Mei, en la noche cuando regresó sólo quería tener sexo con Yamato hasta el cansancio, pero el muy idiota estaba plácidamente dormido y le dio lastima despertarlo.

—Sólo por eso no patee tu trasero. —gruñó Mei.

Vayas palabras tan lindas que le decía ella, aun así le gusto ese despertar, era la primera vez que no se sentía abandonado en un país extranjero.

—¿Y logró capturar al prisionero?

—Tarde un poco en encontrarlo, pero ya esta tras las rejas.

La luz en la habitación era opaca, porque las ventanas estaban cerradas y Mei sólo tenía encendida la lámpara de la mesa junto a la cama.

—¿Y... hay algo más que deba saber? —preguntó con curiosidad.

Mei se lo pensó antes de decir, —ese tema no vale ni un minuto de mi tiempo.

Aunque tenía curiosidad por preguntar más sobre el ex de su esposa, no lo hizo, no quería incomodarla, ahora sólo quería aclarar su situación actual con Mei, se sentó en el suelo y comenzó diciendo —sobre ayer... nosotros.

El amor apárese narusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora