Capítulo 25

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Primer Acto || Parte Veinticinco 

"El campamento parte-3-"


Era su último día en el campamento, a pesar de los constantes desastres todo iba perfectamente bien. No había ningún herido o eso era hasta ahora.

Wakasa no soportaba el hecho de no poder estar junto a la Fushimoto durante más tiempo, los niños acaparaban toda su atención y no podía besarla porque ellos no sabían que eran novios. Su solución para estar un tiempo con ella fue ir a cortar la leña que ocuparían para esa noche, cosa que no necesitaban ya que tenían de sobra, pero eso no lo sabían los niños.

Así que esos momento se encontraba besando a la pelinegra, la tenían acorralada entre un árbol y su cuerpo. Sus besos eran desesperados, dejándola sin oxigeno. 

Sus manos se encontraban en las caderas de ella mientras trazaba pequeñas caricias que hacían suspirar a la pelinegra, por otro lado Mitsuki jugaba con la cabellera del chico, a pesar de que Wakasa la besaba intensamente, no se atrevía a bajar sus manos más allá que no fuera su cintura. Debes en cuando acariciaba la espalda de la chica.

Ambos estaban tan sumergidos en su mundo, por ello no se percataron que unos niños se exploraron en el bosque en busca de la pelinegra. Los tres querían saber por qué tardaban mucho y no confiaban en Wakasa.

El ruido escandalosos que causaba los besos de la pareja llego a los oídos de los niños, se acercaron a donde estaban ambos y se quedaron en Shock. 

Su forma de reaccionar después de aquel Shock fue completamente distinta pero a la vez parecida. Manjiro sin pensar tomo impulso para brincar y con uno de sus pies golpear al rubio en un movimiento inesperado, el cual causo primeramente que se separara de la chica y posteriormente que cayera de lleno al suelo.

—¡Wakasa!—exclama sorprendida Mitsuki—. Niños—se asusta a verlos. 

Haruchiyo y Keisuke se acercan a Mikey para comenzar a golpear al rubio.

—Ella es mía—le dice Haruchiyo.

—Nadie toca a mamá, eres hombre muerto Imaushi—lo amenaza Manjiro.

—Eres una persona mala, aprovecharte así de Suki-nee—menciona Keisuke pateándolo.

Mientras los niños lo golpeaban Mitsuki trataba de detenerlos, al no ver que se tranquilizaban con todo el dolor de su alma desmayo a los tres niños.

—Lo siento, pero no puedo dejar que lo maten.

Mitsuki se acerca preocupada a su novio, este se quejaba de dolor. A pesar de Wakasa sabía pelear no ataco a los niños, por el simplemente hecho de que eran niños y sabía que tan especial eran esos niños para su novia.

La pelinegra cargo en su espalda a Mankiro y Keisuke, mientras a Haruchiyo lo cargo al estilo nupcial. La pareja camino lentamente de regreso al campamento, al llegar los chicos ayudaron a la pelinegra con los niños.

—Lo siento Waka—se disculpa la Fushimoto curando sus heridas.

—No es tu culpa, además es algo que ya me esperaba—se queja cuando comienza a curar su labio.

—Te dejaron muy mal, el golpe que te dio Manjiro tardará días en sanar—comenta observando el gran hematoma que adornaba la mejilla del rubio—. Llegando a casa te llevare a un hospital, los niños pueden ser muy bruscos con sus golpes y me quiero asegurar que estés bien.

Wakasa sonríe enternecido ante la preocupación de su novia, actos como esos eran los que hacían que se enamorara cada día más.

Después de curar sus heridas, recargo la cabeza del rubio en su regazo mientras le daba mimos, acto que disfruto de sobre manera el Imaushi.

Después de curar sus heridas, recargo la cabeza del rubio en su regazo mientras le daba mimos, acto que disfruto de sobre manera el Imaushi

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—Lo que hicieron estuvo muy mal—los regaña Shinichiro—. No debieron golpear a Wakasa.

Cuando los tres despertaron Shinichiro y Takeomi comenzaron a regañarlos, los tres estaban en frente de ellos arrodillados y con la cabeza gacha.

—Él la estaba besando—lo acusa Haruchiyo. 

—Y es algo que seguirá asiendo, son novios después de todo—les hace saber Takeomi.

Shinichiro lo golpea en la cabeza por su falta de tacto al decirles aquello.

—Eres un idiota—le recrimina.

Los tres niños se quedaron procesando aquella información, miles de escenarios comenzaron a pasar por su cabeza y era el mismo pensamiento. Abandono.

Si Mitsuki salía con Wakasa significaba que los dejaría de lado, ya no los quería. Mitsuki lo era todo para ellos, fue la persona que los cuido desde bebes en el caso de Manjiro y Haruchiyo, era la persona que lo recibió con los brazos abierto en el cazo de Keisuke.

Tenían miedo de perderla y ya no ser amados, por que nadie los amaba como lo hacía ellos.

Por primera vez, después de mucho tiempo, Shinichiro y Takeomi vieron llorar a los tres niños. Siempre aparentaban ser fuertes, pero ahora estaban devastados. Sus cuerpos temblaban de miedo como si estuvieran delante de su peor pesadilla y puede que realmente lo estaban.

Mitsuki se dirigió a los tres y los rodeo entre sus brazos, Emma le había informado lo que estaba pasando y la pelinegra no dudo en correr a su encuentro. Esperaba encontrarlos siendo regañados, pero los encontró llorando.

—Shh, tranquilos, tranquilos—los niños se aferran más a ella. 

—No me dejes de querer, prometo no incendiar más carros—solloza Keisuke.

—¡Mamá!—Mikey se aferra a su ropa con miedo a que desaparezca.

—No me dejes, por favor—le ruega Haruchiyo entre sollozos.

—Hey, tranquilos—los separa un poco de ella—. No se que les dijeron, pero jamás los dejare de querer—besas sus frentes—. ¿Por qué dicen eso?

—Ahora que sales con paletitas... no tendrás tiempo para nosotros—le responde Manjiro hipeando por su reciente llanto.

Mitsuki lo entendió de inmediato, tenían miedo de ser cambiados y dejados. Los abraza de nuevo besando sus cabezas.

—Eso jamás pasará, siempre tendré tiempo para ustedes. 

La dama de ToMan || Wakasa ImaushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora