Primer Capítulo || Parte Treinta
"Hermanos Haitani parte-2-"
Estar con los pequeños rubios era toda una aventura, ante los demás se mostraban rudos, altaneros, independientes entre muchas cosas más. Cuando realmente eran unos pequeños niños asustados y con falta de atención.
Ran tuvo que madurar a muy temprana edad, tenía que cuidar y velar por la seguridad de su hermano menor.
—Y colorín colorado, este cuento se ha acabado—Mitsuki cierra el libro.
Ambos hermanos habían terminado dormidos, los arropo y beso sus cabezas antes de irse. Cuando se levanto una mano en su muñeca la detuvo.
—Quédate—susurra un Ran somnoliento—. No nos dejes solo—se aferra más al cuerpo de su hermano—. Por favor—bosteza antes de quedarse dormido.
Mitsuki sonríe antes de quitarse los zapatos y subirse a la cama junto a los niños, rodeo a ambos niños entre sus brazos. Por una noche se permitieron dormir como niños, sin preocupaciones.
Ambos niños arrastraron a la chica a un lugar de peleas, ambos querían demostrarle cuan fuertes eran.
—¡Viste eso Suki-nee!—Rindou se acerco a ella con una enorme sonrisa, su cara y ropa estaba manchada de sangre aun fresca.
La abrazo por la cintura mientras recargaba su mentón en su estomago para mirarla a la cara.
—¿Soy increíble, verdad?—pregunta Ran acercándose a ellos con un pequeño fierro que encontró por ahí, el cual al igual que él estaba cubierto de sangre fresca.
La pelinegra sonríe divertida mientras saca un pañuelo de su mochila y procede a limpiar el rostro de los niños.
—No puedo decirles nada respecto a las peleas, porque yo hago lo mismo o peor que ustedes, no puedo ser hipócrita—besa la frente de Rindou antes de acercarse a Ran y limpiarlo—. Son increíbles, eso nadie lo puede negar.
—¡Comamos Ramen de la victoria!—comienzan a correr en pequeños brincos mientras ríen.
Las sirenas de las patrullas se escucharon de fondo, ambos rubios toman las manos de la chica antes de comenzar a correr.
Nunca se habían reído de ese modo, les parecía divertido escapar de la policía junto a Mitsuki.
Caminaban por las calles de Roppongi mientras comían helado, iban de camino a casa. Los niños le contaban de sus peleas y el entrenamiento que llevaban, por otro lado las personas murmuraban mientras los señalaban.
A la Fujimoto no le agradaba todo lo que decían de los niños, los rumores provenían mayor mente de hombres jóvenes y adultos.
—Vaya, vaya, pero si son los Haitani—un grupo de chicos los arrinconaron—. ¿No son muy jóvenes para tener a una mujerzuela?
A la Fujimoto no le agrado el comentario.
—¿Qué dijiste idiota?—le entrega su helado a Ran y se enfrenta a los chicos.
—Al parecer la chica tiene garras—se burla el que parecía el líder.
—Así pues, miran que tan lindas uñas tengo—lanza un puñetazo a su mandíbula mandándolo de golpe al suelo.
—¡Eso Suki-nee! ¡Dale con la silla!—la animaban los niños.
—Oh no, no hiciste eso maldita—los otros chicos se lanzan a atacar a la pelinegra.
La pelinegra fácilmente acabo con ellos, solo bastaron 3 patadas y 2 puñetazos.
—Son tan débiles—se limpia la poca sangre que le salpicaron con la chaqueta de uno de los chicos, se acerca al líder y lo toma por la cabellera y lo acerca a ella—. Desde hoy eres mi perra❤—le sonríe inocentemente—. ¿Okey?~—canturrea.
—Si, Si lo que usted diga. Por favor déjenos ir—le suplica.
—Bien, solo con una condición—le sonríe inocentemente causándole un escalofrío al chico—. A partir de hoy están al mando de los hermanos Haitani y por lo que veo, pertenecen a una pandilla—menciona inspeccionando la chaqueta del chico—. ¿Eres el líder, no?
—Si—responde con miedo.
—Eso es algo bueno, ahora tu pandilla estará al mando de los hermanos Haitani. No solo eso, esparcirás la voz de que los futuros reyes de Roppongi serán estos niños que ves detrás de mi y que el ángel de la guerra esta de su lado.
Lo suelto y se acerca a los niños, toma su helado de las manos de Rindou y retoman su camino a casa.
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La dama de ToMan || Wakasa Imaushi
FanfictionEllos buscaban a alguien que los quisiera y cuidará sin importar lo que son. Ella buscaba una distracción, una forma de olvidar lo que sucedió. Ella llegará a sus vidas, los cuidara y los juntará sin darse cuenta. Ella será su salvación, su luz en s...