Ellos buscaban a alguien que los quisiera y cuidará sin importar lo que son.
Ella buscaba una distracción, una forma de olvidar lo que sucedió.
Ella llegará a sus vidas, los cuidara y los juntará sin darse cuenta.
Ella será su salvación, su luz en s...
Una joven pelinegra trataba de convencer a un pequeño rubio de dejarla ir, hoy sería su primer día de trabajo. Se consideraba afortunada de que la aceptaran como niñera a pesar de tener 16 años.
—Manjiro déjala ir — le pide el abuelo Sano al menor.
—¡No! Mamá es mía — hace un puchero.
—Manjiro debo irme, cuando regrese te traeré un pastel de chocolate con forma de dinosaurio, ¿te parece? —La pelinegra rio al ver como los ojos del menor se iluminaban, conocía su punto débil.
—Bien—acepta soltándola.
—Nos vemos antes de la cena — besa la cabeza del pequeño rubio y sale de la casa.
Tenia planeado irse caminando hasta la casa de la familia Matsuno, siendo impedido por un par de motocicletas.
—¿A dónde vas Suki? —le pregunta un pelinegro.
—Hoy comienzo mi trabajo y estoy llegando tarde, Manjiro no me soltaba — una idea cruzo por su cabeza—. ¿Me llevas? —Le hace ojitos.
—Me encantaría pero me citaron en la escuela de Manjiro, debo de ir a una reunión —se disculpa.
—Yo puedo llevarte — una voz un tanto perezosa se escucha a sus espaldas, los hermanos voltean al ver al dueño de dicha voz. La pelinegra se sonrojo un poco, no se había dado cuenta de su presencia.
—Es una buena idea — acepta Shinichiro—. Asegúrate de que llegue sana y salva Wakasa —le ordena él pelinegro—. Corre Suki, llegarás tarde.
La pelinegra tímidamente se dirige hasta donde se encontraba él rubio, la ayudo a subirse, el rose de sus manos sonrojo más a la chica.
—Al parecer alguien esta enamorada — canturrea divertida Takeomi cerca de Shinichiro. Él pelinegro lo fulmina con la mirada.
—Cállate — lo empuja levemente, su vista se poso en su hermana y su amigo. Ahora no dejaría de vigilar a Wakasa.
—Agárrate fuerte — le pide Wakasa a la pelinegra, al sentir sus brazos rodeándolo arranco a la dirección que la menor le señalo.
Después de unos minutos él rubio estaciono enfrente de un complejo de departamentos. Ayudo a la menor a bajar.
—Gracias por traerme Waka—agradece Mitsuki sonrojada, tenía un pequeño crush por él Imaushi.
—Nos vemos luego, Suki-chan—acaricia la cabeza de la pelinegra con una pequeña sonrisa en su rostro—. Llámame para que venga a recogerte—la chica asiente tímidamente.
Mitsuki se encamina al departamento que buscaba, Wakasa se fue del lugar hasta asegurarse que la pelinegra entro a uno de los departamentos.
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