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Narra Nahee

No sé lo que el príncipe quiere, pero debo aceptar que estoy nerviosa, sé que no le caigo bien, así que tengo miedo de que pueda hacer algo. Faltando cinco minutos para las diez y media decido ir hacia la piscina.

Cuando llegó veo que el príncipe no ha llegado, así que decido explorar un poco, no conozco cómo es el lugar, así que voy hacia donde hay un pasillo largo. Al estar en este corredor veo unos cuartos, si no estoy mal es un sauna, en el internado había uno así, pero por ciertas razones tuvieron que cerrarlas.

Cierro la puerta y cuando me volteo choco con un cuerpo, no soy capaz de alzar la cabeza porque se de quien se trata. No sé porque siempre me tropiezo con él, lo mas probable es que ahora me insulte o trate mal.

—No sé por qué siempre tropieza contra mí— dice susurrando en mi oído. —Mírame.

Lentamente alzo la cabeza y veo cómo este está muy cerca. Trato de aguantar la respiración al ver que se acerca más, dejando que mi espalda choque contra la puerta.

—Sabes algo... no entiendo por qué todos te adoran... pero debo aceptar que me estás enloqueciendo.

Siento como sus ojos recorren mi cuerpo logrando que sienta escalofríos, trago con un poco de dificultad para finalmente hablar.

—¿Por qué me pidió que nos viéramos acá?

—Claro— dice alejándose —necesito que hagas un trabajo— me extiende una carpeta.

Con manos temblorosas lo tomo y comienzo a leer, alzo mi cabeza para poder hablar, pero antes de hacerlo él me detiene.

—Si logras hacer un proyecto que a mi padre le guste y que el parlamento acepte dejaré de molestarte, de lo contrario te haré la vida imposible. Te molestaré hasta que te canses y renuncies.

Yo trago grueso y vuelvo mi vista a los papeles, leo lo que debe requerir el proyecto, mis ojos siguen cada cosa que dice en el papel para finalmente alzar mi mirada.

—Su alteza...yo no sé cómo hacer esto. No conozco los requisitos no las leyes que debe tener.

—Yo tampoco, y tampoco tengo tiempo, así que no tengo otra opción.

Camina nuevamente a mí pegándome otra vez contra la puerta, siento su respiración muy cerca, puede que suene raro, pero puedo sentir su aliento mentolado.

—Entonces.. — deja unos mechones de mi cabello detrás de la oreja. —¿Lo haras?

Si digo que no tendría que aguantar que me moleste más de una vez, yo estoy acostumbrada, pero en estos momentos más que nunca necesito paz y un trabajo estable.

—Lo haré su alteza.

Escucho su risa ronca y después lo veo separase—eres muy lista— se acerca nuevamente —así como eres de lista, lo eres de linda.

Veo cómo muerde su labio y cuando está por tocar mi cuello lo detengo.

—Cuando tenga algo planeado le aviso— paso debajo de sus brazos y salgo lo más rápido que puedo del lugar.

Siento como mi respiración y corazón están totalmente acelerados. Al entrar a la habitación me tiro en la cama pensando en lo que pasó hace unos minutos.

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Desperté temprano, decidí ir a caminar un poco, anoche no había dormido muy bien que digamos.

Después de hacer mi rutina salgo de la cabaña con unas hojas y un lápiz. Creo que tengo una idea de lo que puedo presentar, no sé si sea lo que piden o les guste, pero sé que es algo que muchas personas lo necesitan.

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