¡𝙼𝚒 𝚐𝚊𝚝𝚘 𝚎𝚜 𝚞𝚗 𝚑𝚞𝚖𝚊𝚗𝚘! 🦋 𝚌𝚑𝚊𝚗𝚑𝚘

「╎Capítulo 09╎」

—Sé que no te gusta el agua, pero debes tomar un baño— sentenció el hombre atractivo y no tuve más opción que aceptar puesto que él se ha asegurado de traerme de nuevo a su departamento y se aseguró de que no tengo una herida grave.

—Está bien— murmuré. No tuve tiempo de reaccionar puesto que fui tomado nuevamente entre sus brazos y me llevó directamente a la ducha que ya ha sido preparada. Fui dejado caer lentamente en la gran tina de baño y me fue inevitable relajar por completo mi cuerpo al sentir el contacto del agua calientita. —Se siente tan bien.

—Te ayudaré un poco... — dijo el hombre mientras subía las mangas de su camisa hasta los codos y después procedió a aplicarme jabón en mi rostro para limpiarlo y no pude evitar cerrar mis ojitos para disfrutar el momento por completo.

—¿Cuál es tu nombre? — le pregunté mientras me tallaba suavemente la espalda con una esponja.

—Christopher. ¿Tú tienes un nombre?

—Mi nombre es Minho. ¿Puedo llamarte Chris?

—Claro, todos mis amigos lo hacen.

—¿Ya soy tu amigo? — pregunté y no pude ocultar la felicidad que me inundó por completo puesto que, por primera vez tengo un amigo que no es un gato.

—Por supuesto. Minho, ¿qué edad tienes?

—Tengo veinte años.

—Eres muy joven.

—¿Cuál es tu edad?

—Veintiséis años. 

—También eres joven.

Chris sonrió y no pude evitar sentir unas extrañas maripositas en mi pancita y supuse que es a causa de que muero de hambre ya que, desde que fui golpeado por ese auto, me fue imposible vagar por las calles siendo un humano desnudo.

—¿Tienes familia?

No pude evitar hacer una mueca de tristeza al escuchar esa pregunta ya que lo único que consideraba familia abusó de mi confianza y me dejó marcado de por vida, así que, no tuve otra opción más que huir de ese lugar. 

—Lo lamento, no debí de haberte preguntado eso— dijo Chris con tono suave.

—Sinceramente no me gusta hablar sobre ello— admití.

—Lo entiendo por completo— aseguró.

—Chris, eres muy guapo.

El peligris sonrió abiertamente y me preguntó—: ¿Sabías que eres muy honesto?

—¿Eso es malo? — no pude evitar ladear un poco mi cabeza.

—No, para nada. Me agradan mucho las personas que son honestas.

—Entonces, ¿te agrado mucho?

—Así es— dijo mientras se ponía en pie. Después tomó una toalla y me ayudó a ponerme en pie para cubrirme. Chris me cargó de nuevo y me llevó hasta su habitación, me ayudó a ponerme una camisa y unos calzoncillos y después me recostó en su grande y cómoda cama.

—¿Piensas que yo soy guapo?

—Estaría loco si no pensara eso— respondió después de revolver mi cabello con la toalla para secarlo.