「╎Capítulo 14╎」

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Es inevitable admirar el espíritu de niño pequeño que tiene Minho. No cabe duda que, ese dulce chico de cabello lila es tan lindo y se me dificulta bastante aceptar que, probablemente alguna persona lo esté buscando desesperadamente después de que Minho escapó; tengo bien en claro que lo dejaré volver a casa si su dueño llegase a aparecer porque es lo que considero correcto a pesar de que no he podido evitar sentir una extraña conexión con él.

—¿Quieres un poco? — preguntó Minho tan pronto despegó la mirada de su helado para encontrarse con la mía.

—Yo... — el chiquillo no esperó a que respondiera y llevó su helado a mi boca.

—Me gusta compartir, así que, puedes tomar un poco del mío— dijo tras mostrar una radiante sonrisa.

Tomé un poco de su helado y dije—: Gracias.

—¿Solo comerás eso? ¡Es muy poquito!

—Es tu helado, ¿cómo podría comérmelo yo solo?

—Chris, te dije que me gusta compartir...

—Entonces, ¿debería comerme lo que resta de helado? — le pregunté mientras extendía mi mano hacia el helado que fue alejado rápidamente de mí.

—Yo...

—Solo estaba bromeando, minino— me reí.

—Me gusta que me llames así— admitió sin un deje de vergüenza pues al parecer, eso no existe en él.

Sus ojitos brillosos, su radiante sonrisa y su maravillosa actitud me hacen sentir tan cómodo a pesar de no conocerle desde hace mucho tiempo.

Para mí es difícil hacer amistades puesto que soy muy selectivo y siempre me dejo guiar por mi sexto sentido, sin embargo, tan pronto me encontré con los lindos ojitos uno en color ámbar y el otro en color celeste, me quedó en claro que, no habría otro gatito que pudiera poseer la misma belleza y se volvió más hermoso cuando lo vi convertido en humano.

Sinceramente creía que existía una pequeña posibilidad de que un gato pudiera transformarse en un humano y viceversa puesto que últimamente se están llevando a cabo muchos experimentos de manera ilegal porque han sido prohibidos por el gobierno dado que, se podría presentar una terrible catástrofe.

—Será mejor que volvamos al departamento— le dije tras levantarme de la banca.

Minho hizo un tierno puchero, se cruzó de brazos y comenzó a negar con la cabeza mientras decía—: No quiero volver.

—Está a punto de nevar y no quiero que contraigas alguna enfermedad— dije con tono serio y al ver que el lindo minino continuaba en la misma posición de negación, no pude evitar advertirle—: Te llevaré cargando.

Los ojitos de Minho se iluminaron cuando escucharon mi supuesta advertencia y no dudó en extender sus brazos hacía mi mientras movía sus manitas y decía—: Me parece una excelente idea.

¡𝙼𝚒 𝚐𝚊𝚝𝚘 𝚎𝚜 𝚞𝚗 𝚑𝚞𝚖𝚊𝚗𝚘! 🦋 𝚌𝚑𝚊𝚗𝚑𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora