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Yeosang.

Después de acompañar a Hongjoong con las compras de Daehyun, con Mingi fui a comprarle un regalo de cumpleaños a mi papá, ya que estaba ahí, tenía que aprovechar, pero era difícil escoger un regalo, porque le podía dar incluso una hoja que diga "Feliz cumpleaños, papá" y él va a estar feliz.

Aún recuerdo lo que Hongjoong me había dicho, y me había dado vueltas toda esa tarde en la que estuve con Mingi. Y, a decir verdad, quizás él lo veía de esa forma, porque Mingi y yo no éramos tan cercanos, al menos no antes de aquella conversación en la playa, de hecho, creo que esa era la primera vez que estábamos los dos solos, y comenzaron a replicarse esas situaciones.

Pero no me molestaba.

En realidad, era agradable, me gustaba su compañía. Tenía esa sonrisa que contagiaba, y cuando reía, sus ojos se escondían, lo cual era tierno, parecían medias lunas o cuando estaba normal, eran como el arroz. También, tenía las piernas largas, por lo que caminaba más rápido, pero siempre caminaba a mi par, siguiéndome el ritmo.

Él era atento y considerado.

Aquella vez, cuando ya era tiempo de irnos, fuimos hasta el paradero. A pesar de que las nubes se notaban pesadas, no llovió. Tenía la punta de la nariz y de las orejas heladas, y mis manos eran cubiertas por unos guantes de lana que mi abuela me había tejido hace unos años.

—Creo que ya se hará de noche —dijo Mingi, sentados en la banca mientras esperábamos nuestros respectivos buses.

—Sí, además está haciendo más frío —le dije, abrazándome a mí mismo.

—¿No te pasa que cuando cambia de estación a primavera te resfrías?

—¡Sí! Las alergias de la primavera —sonreí—. Creo que a mucha gente le pasa.

Entonces el bus 201 llegó, el cual era el que le servía a Mingi, pero a mí no. Lo miré y él miró al bus, con una mueca en su cara.

—Mejor esperaré al siguiente —dijo, y el bus se fue.

Él se había quedado ahí, por mí. Yo lo sabía y había significado tanto, que en ese momento no supe qué decir. El silencio nos envolvió como el frío, pero no hubo necesidad de palabras, la compañía del otro era suficiente.


Seonghwa.

Me quedé mirando la puerta, por la que mi amigo había salido después de decir una estupidez, porque eso es lo que era.

Y es que sí, así era al principio para mí. Solo al principio, pero la tensión del momento y no poder haber escogido las mejores palabras, fue que un impulso idiota de mi parte. Yo quería que él supiera que me preocupaba si hablaba con ese tipo, de verdad que no me agradaba y no podía estar tranquilo si Hongjoong y él habían vuelto a hablar cuando se involucraba la salud mental de mi amigo y la estabilidad de mi hijo.

—Eso no estuvo bien, Seonghwa —dijo Minhee.

—Solo estoy preocupado por él.

—Lo entiendo, pero ¿acaso no fue mucho?

—Te repito que solo estoy preocupado por él.

—"Solo" —rodó los ojos—. Además, no estoy de acuerdo con lo que le dijiste. 

—¿Qué cosa?

—Cuando le dijiste que se había embarazado, culpabilizándolo solo a él. Te recuerdo que se necesitan dos personas para ello, las palabras son poderosas y decirle eso solo implica lavarte las manos con el asunto —dijo, cruzándose de brazos—. Tú también eres el padre, tú también eres parte de ese embarazo, no solo él.

midnight mess | seongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora