Extra 2 (final)

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Hongjoong.

Seonghwa tuvo una idea fantástica cuando me vio estresado por los trabajos, las materias y las evaluaciones en la academia. Creyó que sería buena idea poder salir los dos juntos por un fin de semana para escapar de toda la rutina. Y, ciertamente, yo estaba bastante nervioso.

Yo no era tonto y sabía muy bien lo que pasaba cuando dos personas estaban solas en un lugar alejado de la ciudad y de su vida cotidiana. Y no sabía si esa era la intención de Seonghwa, pero estaba preparado para lo que fuera.

El viernes, nos despedimos de Daehyun, él se quedó con Heejung y Wooyoung, y que había sido a pedido de él. Le gustaba estar con ellos, eran dos tontos juntos y hacían reír a mi bebé, por lo que no me preocupa mucho, por lo menos él no era un niño desobediente y yo sabía que estaría bien con ellos.

Cuando llegamos a la cabaña, pensé que sería bueno ir otro fin de semana, pero esta vez con Daehyun, porque era preciosa. Aunque, por estar en invierno, la nieve cubría todo el paisaje. Sin embargo, había visto fotos de la cabaña en temporadas más cálidas y el césped verde con las flores al alrededor del inmueble, era totalmente otra experiencia.

Pero la nieve era genial también, con Seonghwa habíamos hecho ángeles de nieve y a veces le lanzaba bolas de nieve, pero él hacía lo mismo conmigo y luego corría de él, pero me atrapaba en sus brazos y no podía parar de reír porque siempre estaba tratando de besarme las mejillas. Había momentos donde dejaba de resistirme ante él y me giraba para poder apoyar mis brazos al lado de sus hombros y acercarme a sus labios tan fácil, como siempre hubiera querido. Y Seonghwa solamente me acercaba más a él tomándome de la cintura.

En la noche, nos sentamos en una banca afuera de la cabaña, con una manta en nuestras piernas y una taza de té humeante en nuestras manos. El cielo estaba despejado y se podía ver las estrellas. Seonghwa me hablaba de una diversidad de cosas hasta que vi una estrella fugaz.

—¿Esa fue una estrella fugaz? —le pregunté. Apunté hacia el cielo y lo miré con una sonrisa.

—Creo que sí, hay que pedir un deseo.

Asentí, junté mis manos y cerré los ojos, pidiendo mi deseo. Nos quedamos en silencio por unos segundos.

—Listo —anuncié.

—¿Qué pediste? —me preguntó y yo me reí de él. ¿Realmente cree que se lo iba a decir, así como así?

—Bobo, los deseos no se dicen, o no se cumplen.

—Bien —rodó los ojos, pero me sonrió—. Ya deberíamos entrar.

Entramos y, minutos después, mientras Seonghwa estaba en el baño, yo me encontraba haciendo una videollamada con Wooyoung, quien apuntaba a Daehyun.

—¿No les ha dado problemas? —le pregunté. Wooyoung negó.

—No, para nada —mencionó, mientras se acercaba a mi hijo, que estaba en la alfombra de la sala con sus juguetes regados por todas partes—. Dae, saluda a tu papá —pero Daehyun miró a la cámara y simplemente me ignoró—. Me quiere a mí ahora —me sonrió, victorioso, y casi burlándose de mí.

—Idiota —le dije y él se rio—. ¿Qué hacen?

—Cuido a tu hijo —dijo obvio, yo rodé los ojos—. Heejung fue a comprar unas cosas, tendremos noche de película con muchos dulces.

—Mmmh... —murmuré. No me gustaba mucho la idea de que Daehyun consumiera tantos dulces, sobre todo por la noche, pero seguramente Wooyoung lo notó y comenzó a reírse—. ¿Qué te da gracia? ¿Causarle diabetes a mi bebé?

midnight mess | seongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora