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Seonghwa.

Tenía clases solamente los martes, jueves y viernes. Por lo que estaba con Daehyun en resto de los días, antes de entrar irme a la universidad y cuando regresaba. Era un poco difícil, sí, pero San cuidaba de él cuando estaba en mis clases, y generalmente cuando le daba su biberón, se dormía y aprovechaba de estudiar.

Había veces en las que me sentía demasiado cansado, llegaba al departamento y quería dormir todo el día, pero no podía, Daehyun no podía cuidarse solo. Por lo que jugaba con él cuando repasaba mis apuntes y le daba de comer.

Mis energías se habían esfumado en una semana.

Hongjoong venia dos veces a la semana, lo sacaba al parque y jugaba con él el rato que podía estar. Le daba de comer, a veces aprovechaba de bañarlo, es como si aún se sintiera presionado de todo lo anterior y no sabía si decirle que no era necesario que hiciera tantas cosas cuando venía a ver a Dae.

Pero él aun parecía enojado conmigo y me dolía su indiferencia.

Y yo no sabía qué hacer. Quizás solo dejar las cosas pasar, quizás todo se resolvería con el tiempo. Pero me cansaba esperar.

Extrañaba a mi mejor amigo.

Daehyun movía su peluche de conejito de un lado a otro mientras estaba sentado en mis piernas, lo sostenía desde su barriguita y mordí una manzana mientras los chicos hablaban de sus cosas, la mesa estaba tan desordenada con comida y cuadernos que posiblemente nos sacarían del casino.

—Yeosang, te digo que esa no es la respuesta —le dijo Wooyoung con un lápiz en mano a punto de rayar las hojas de su cuaderno.

—Lo dijo el profesor en clases, yo lo anoté.

—¡Pero yo le pregunté!

—No le contradigas, seguro no te lo dijo bien —le dijo Mingi, mirándolo seriamente. Wooyoung lo hizo de vuelta y se cruzó de brazos con media sonrisa en el rostro.

—¿Y por qué razón te escucharía? Solo lo dices porque estas enamorado —alzó una ceja y bebió de su malteada de melón.

—Eres necio —le respondió Yeosang, mirando su cuaderno.

Daehyun comenzó a balbucear, lo miré y le limpié su boca con saliva, luego de di de esas galletas para bebés y seguí en lo mío.

—Dae me da la razón —volvió a decir Wooyoung en un murmuro.

—No metas al niño en esto —le dijo Yeosang, apuntándolo con el dedo.

Miré el reloj y faltaba tres minutos para mi clase. Me levanté y le entregué el bebé a San, él siempre lo veía cuando estaba en clases porque las suyas eran todas en las mañanas, por lo que tenía libre las tardes y cuidaba a Daehyun durante las horas que no podía.

Y era un alivio que nunca llorara con San, siempre se calmaba en sus brazos. Lo cual me causaba envidia, porque me gustaría tanto que Daehyun no llorara conmigo, pero tampoco es como si fuera un problema mio, porque también lloraba con Hongjoong.

—San, creo que ya no le queda leche. ¿Podrías pasar a comprarle un tarro? —él asintió y le entregué unos billetes—. También compra brócoli y avena.

—Bien —respondió.

—Adiós, mi bebé —le di un besito en su cabeza y él solamente balbuceo mostrándome el peluche—. Sí, mi amor. Mmmh ya abra que lavar tu peluche, esta suicido.

—¡Puaj! —dijo Wooyoung—. Seonghwa, no vuelvas a hablar así, me asqueas.

—Cuando tengas un hijo harás lo mismo —le dijo Mingi, riéndose de él.

midnight mess | seongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora