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Hongjoong.

Regresé a casa al siguiente día. Minhee había ido al departamento a hablar con Seonghwa y yo no los quería interrumpir. Me quería quedar más días con él, me sentía bien con él, incluso más que antes, pero no podía quedarme.

Para ese entonces, me faltaba poco para cumplir 31 semanas. No podía creer que ya había pasado tanto tiempo, y solo faltaba un poco más de dos meses para tener a mi bebé entre mis brazos. Y a pesar de todo eso, no tenía ni siquiera unos calcetines para mi Daehyun. Pero tampoco quería salir a comprarlos, al menos no solo, y mis padres no podían acompañarme, tampoco Seonghwa, porque de todos nosotros, era el que más cosas tenía que hacer.

Yeosang se ofreció a acompañarme y Mingi también se nos unió. Me parecía cómodo ir con ellos porque no eran tan desordenados que Wooyoung y Yunho, de hecho, cualquiera de ellos dos con cualquiera de los demás son un total caos, y ellos dos juntos, peor. Pero de todas formas, si se ofrecían a acompañarme, lo agradecería de igual manera. 

—Me siento como un guardaespaldas —comentó Mingi mientras caminábamos en el centro comercial—. Solo me falta la ropa negra y unas gafas, ¿Cómo lo ven?

—¡Ay, Mingi! —me quejé.

—Me pondría en mi papel —se nos adelantó y alzó su brazo derecho a la altura de su hombro, para luego poner sus dedos sobre su oreja izquierda—. Sí, sí, señor Kim, todo está en orden. Su hijo está a salvo.

Pero tan pronto Mingi hacía su show, chocó con una maceta gigante del centro comercial, de esas que estaban al centro de los pasillos del recinto. Su equilibrio falló y se sujetó de esta, fue entonces donde escuché la risa de Yeosang y vi la sonrisa de Mingi.

—Qué buen guardaespaldas tenemos, Joongie —me dijo Yeosang, yo negué sonriendo. Mingi se unió a nosotros luego de reponerse.

—Te contrataré —le dije y él entrecerró los ojos.

—¿Es una burla? —preguntó, pero yo alcé mis manos cubiertas por unos guantes.

—No, claro que no —Yeosang rio y seguimos caminando.

Cuando llegamos a una tienda, me detuve primero en los bodies de bebé, había tantos y de varios colores que volver a ver algo así me daba solo estrés de poder elegir uno. Miré algunos y, aunque mi prioridad era comprar ropa para recién nacido, no sabía si también debía comprar para cuando sea un poco más grande.

—Este es genial —dijo Mingi alzando uno de color blanco con unas letras negras estampadas que decía "nueve meses en el horno".

—¡Es horrible, Mingi! —le dijo Yeosang—. Le harán bullying.

—¿Y quién le haría bullying? —pregunté.

—San y Wooyoung serían capaces —me respondió, mirando otros bodies—. Qué difícil ver ropa de bebé, además es cara.

—Tengo que aprovechar porque mi papá me dio el dinero —murmuré, sonriendo—. Fue extraño, me preguntó si le tenía cosas a Daehyun y le dije que no, entonces me dio dinero.

—Es un alivio —dijo Mingi—. Me alegra que ahora también tengas el apoyo de tu padre.

Asentí, porque era verdad. Pero ese tema ya quedó en el pasado, tenía que concentrarme en lo que se venía, porque pronto ya tendría a Daehyun conmigo y me asustaba bastante. ¿La razón? Simple: seré padre primerizo, junto a Seonghwa.

Creo que me podía permitir ese miedo.

De todas formas, siempre pensaba que, eso se lo dejaría al Hongjoong del futuro, porque el del presente, está comprando ropa de bebé para su hijo no nacido.

midnight mess | seongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora