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Seonghwa.

Había llegado el día en que Daehyun conocería a mis padres. Arrendé un auto y una silla para bebés, Daehyun ya tenía tres meses y terminaba mi cuarto año en la universidad en una semana más.

El tiempo había pasado rápido. Y en estos meses no había pasado mucho, más que asistir a mis clases y estar con Daehyun. Había veces que se quedaba conmigo el fin de semana, y era todo un desafío. Era claro que estaba acostumbrado a estar con Hongjoong que conmigo, pero lo entendía.

Una de esas veces, Daehyun no paraba de llorar. Ya le habia dado su biberón y le cambié el pañal, pero seguía llorando y no sabia si era porque no sabia como tratarlo o porque extrañaba a Hongjoong.

—Que fuerte tiene las cuerdas vocales —dijo Jongho.

—Creo que me volveré loco —mencioné mientras lo mecía, pero su boca no se cerraba. Me dolía verlo así, cerrando sus ojos con fuerza como si algo le molestara.

—No sabes como tratar a un bebé —bufó San—. A ver, pásamelo.

Rodé los ojos. San se acercó a mí y le entregué a mi bebé. Él seguía llorando, pero no era tanto, y solo bastó que mi amigo lo meciera unos segundos para que dejara de hacerlo, abrió sus ojos y miró a San, tenia su boquita en forma de o pequeña y alzó sus brazos para mover sus manos.

—Yo creo que ya me reconoce —dijo San, sonriéndole a Daehyun—. ¿Verdad que sí, Dae?

—Mi hijo no me quiere —mencioné apenado, San me miró y me hizo burla—. Espero y no piense que tú eres su padre.

—Ay no —dijo, pero siguió haciéndole caras a Daehyun.

En todo ese tiempo, el solo comía y dormía, como todo un bebé normal, o eso es lo que había leído. Porque tuve que leer varios artículos y libros al respecto, ser padre no te hace tener superpoderes y era fundamental para mi conocer sobre el tema ya teniendo a Daehyun conmigo. Pero aún había cosas que me daban miedo, era un ser humano en crecimiento, estaba en mis manos y las de Hongjoong ser una persona de bien, y era tan complejo.

Estaba seguro que Hongjoong también pensaba lo mismo.

De todas formas, dejando ese tema al futuro, el vieja a la casa de mis padres había sido tranquilo. Hongjoong se sentó atrás para estar pendiente de Daehyun y en todo el camino no se presentaron problemas.

Cuando llegamos, estacioné el auto fuera de la casa y mis padres salieron de esta muy contentos para recibir a su nieto. Daehyun abrió grandes los ojos cuando Hongjoong lo sacó de la silla, y mi madre lo recibió en sus brazos.

—Hola, Daehyun. Somos tus abuelos —el bebé miró a mis padres y se llevó su mano a su boquita.

—¡Mi turno, mi turno! —dijo mi hermana y se acercó a mi hijo. Lo miró de cerca y sonrió—. Eres muy lindo, lastima que Seonghwa sea tu padre.

—Oye —le dije, pero ella solo se rio.

Sacamos las cosas del auto y entramos a la casa. Hongjoong y yo las dejamos en la que era mi habitación y nos acercamos al salón, un poco cansados, traíamos más cosas de Daehyun que de nosotros.

Mis padres habían puesto la mesa y mi hermana estaba con mi hijo en el sillón, jugando con él. Sonreí al verlos.

—¿Cómo estuvo el viaje? —preguntó papá.

—Bien, un poco agotador, a pesar que fueron solo casi tres horas —respondí, dejando cubiertos en la mesa.

—Bueno, me alegra que llegaran bien —dijo mamá, dejando los platos de comida—. Y conocer en persona a mi nieto.

midnight mess | seongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora