72

1.8K 266 74
                                    

Hongjoong.

Cuando Seonghwa me pidió una cita, todo mi sistema inmune se había congelado. No sabía qué decirle o cómo reaccionar, porque jamás pensé que algo así podría salir de boca, jamás creí que algo tan simple como una cita sería posible que nosotros dos pudiéramos tener.

Pero era una realidad. Seonghwa estaba junto a mí es una exposición de arte que en cada ocasión que le comentaba algo sobre lo que estábamos viendo, él me escuchaba atento y con una sonrisa en su rostro.

Salir con Seonghwa como amigo era muy diferente a salir con él con una intención amorosa de por medio. Porque la situación se podía palpar en el aire y también podíamos notarla nosotros.

Las miradas, las sonrisas, los pequeños roses intencionales de manos, estar parados uno al lado del otro, mirarlo sin que se diera cuenta o que él lo hiciera conmigo, escucharlo y que él me escuchara a mí, su interés por mis intereses, era todo muy diferente. El enfoque era diferente.

Quería vivir esto por siempre.

Minutos después, salimos del museo con unos folletos y un separador de páginas que regalaron a la salida de la exposición. Me había gustado, el pensar que Seonghwa pensó en mí y en lo que me gustaba para pasar en nuestra primera cita, era algo que hacía que él me gustara aún más. No podía evitar pensar en todo lo que vendría después, porque de lo que estaba seguro, es que Seonghwa era la persona con la que quiero estar.

—Oh, quiero ir al arcade —dijo Seonghwa, lo miré a la par que íbamos caminando juntos—. Si te parece bien.

—Sí, suena bien.

Volver a ese lugar era volver a los momentos cuando éramos adolescentes y nos la pasábamos jugando toda la tarde, hasta que las fichas se acababan y se hiciera de noche. No pensé que, años después, estaría en el mismo lugar, con Seonghwa, con nuestros sentimientos ser correspondidos, con nuestras manos rosándose, pero nunca con la valentina de tocarse intencionalmente, con nuestras mejillas rojas porque la vergüenza de vernos a la cara y conocer lo que ocurría, era mucho más que nosotros mismos.

Pero no me molestaba. Estaba tranquilo, mi corazón estaba tranquilo.

En el Arcade había varias personas, sobre todo adolescentes. Yo los veía y recordaba las veces que Seonghwa me dejaba ganar, él creía que yo no lo sabía, pero era muy obvio. Si él me dijo que yo le gustaba desde los 16 años, ¿lo habrá hecho para poder complacerme y ver mi sonrisa que siempre tenía cuando ganaba los tickets? Cuando juntábamos todos los tickets y los podía canjear por regalos, y Seonghwa siempre terminaba dándomelo a mí. ¿Acaso fue por mí? ¿Fue porque le gustaba? ¿Por qué nunca me di cuenta en ese momento?

Si lo hubiera sabido, si hubiera analizado mejor esos comportamientos. ¿Hubiera sido diferente si no gustara de mí? ¿Hubiera sido diferente si yo lo hubiera sabido? Si yo no le correspondería, o si lo hiciera. ¿Cómo hubiera sido todo ahora? Negué con la cabeza, alejando esos pensamientos, porque eso era el pasado, ya no tenía caso pensar en eso. Lo único que importaba era el ahora.

Los dos nos gustábamos, eso era más creíble de pensar.

Luego de una hora salimos de ahí, ya no éramos tan buenos como antes, pero nos habíamos divertido, lo cual era más importante para mí. La cita estaba saliendo bien.

Seonghwa me había comprado un café y fuimos a caminar al parque que estaba a un costado del centro comercial. Nos sentamos en una banca que daba al lago y solamente estábamos con la compañía del otro mirando como la gente pasaba, como los niños pequeños se subían a los juegos o como una pareja de ancianos paseaba a su perro con un pequeño abrigo.

midnight mess | seongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora