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Hongjoong.

Cinco días después de que Daehyun cumpliera 11 meses, enfermó.

Iba todos los días después de clases para verlo, tenia fiebre y estaba siempre llorando, lo cual hacía que nuestra desesperación aumentara. Acudimos al doctor y solo confirmó lo que ya sabíamos, por lo que solo le recetó lo que comúnmente se hacía.

Seonghwa faltó toda esa semana a clases por cuidarlo día y noche, a pesar que sus ramos eran en pocos días, él prefirió quedarse en caso de cualquier cosa, incluso si ya estaba mejor, era asegurarse, eso decía él.

De alguna forma me sentía mal, porque justo esa semana estaba recargado de cosas, de entregar y de realizar los trabajos, a veces los llevaba al departamento y hacia mis trabajos de luz y sombra mientras veía a Daehyun, terminaba y me iba a casa y le preguntaba a Seonghwa si aún seguía quejándose.

Pero él estaba con Daehyun, todo el tiempo, por lo que dejé de preocuparme tanto.

Ya dejaba de preocuparme tanto, pero aún ese sentimiento no se iba. No tenía a Daehyun a mi lado todos los días y la incertidumbre de su bienestar me perseguía siempre, a pesar de todo lo anterior. Sin embargo, no era tan latente como la primera vez.

Su resfriado duró un poco menos de una semana, y quizás fue porque teníamos mucho cuidado con la temperatura y todo lo que le dábamos, lo cual me hizo sentir aliviado. Ya Daehyun era el mismo bebé risueño y juguetón de hace unas semanas.

Luego de eso, la rutina volvió a hacer la misma de siempre. Aunque ya no podía ir a ver a Daehyun tan seguido. El segundo semestre era más práctico que teórico, por lo que me quedaba en la facultad a hacer los trabajos o hacerlos en casa o salir a comprar los materiales. De todas maneras, me motivaba saber que solo me faltaban dos años más y el poder preparar mi solicitud de intercambio.

Lo había decidido una vez que estaba con mis padres, le comenté la situación y creyeron que era una buena oportunidad para mí, de tal forma que comencé a convencerme aún más del intercambio, lo que hacia provocar mi propia autoexigencia en tener siempre las mejores notas.

A veces me pasaba la cuenta, no comía o dormía menos por hacer el mismo trabajo tres o cuatro veces, simplemente porque quería que fuera perfecto. Sabia que no era algo bueno, pero era la única manera de saber que podría tener la mejor nota.

—¿Hongjoong? —sentí una voz, luego de que me tocaran el hombro. Abrí lentamente los ojos, ni siquiera me había dando cuenta que me había quedado dormido, porque al ver a mi alrededor, y la posición en que estaba, era más que obvio.

—Lo siento —murmuré. Seonghwa solo me miró.

—Te quedaste dormido apenas te sentaste en el sillón.

—¿De verdad?

—No te quise molestar —me acomodé en el sillón, me toqué el cuello y miré a Daehyun que estaba levantado, apoyándose de la silla.

Sonreí, porque él ya podía hacer eso. A veces se levantaba y se agarraba de la superficie del sillón o de las sillas. Me era increíble como crecía día a día.

—He tenido que hacer muchos trabajos prácticos, además que muchas veces no me gustan como quedan, entonces los vuelvo a hacer —Seonghwa hizo una mueca mientras doblaba la ropa recién secada de Daehyun.

—No sé que decirte —apretó los labios—. ¿Esto es por lo del intercambio? —asentí.

—De verdad quiero hacerlo, estoy muy entusiasmado. Pero...

—Pero ¿qué? —alzó una ceja—. Lo lograras.

—Bueno, no seré el único que este exigiéndose para poder lograr tener buenas calificaciones y conseguir el intercambio. Solo una persona va, es como una competencia.

midnight mess | seongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora