66

1.5K 279 69
                                    

 Hongjoong.

—Los calcetines están al revés, amor —le dije a Daehyun cuando quiso vestirse solo. Supongo que era una etapa nueva, no me había detenido a pesarlo o leer algo al respecto. Pero respetaba todo lo que quisiera descubrir mi hijo, aun si no lo hacía bien—. A ver, déjame quitártelas.

—Yo puedo.

—Bueno —lo dejé que se quitara los calcetines y los di vuelta. Se los entregué nuevamente y se los puso. Con algo de dificultad, pero lo hizo—. Hoy te quedarás con tus abuelos. La abuela dijo que te hará algo rico de comer.

Él solamente me miró, pero le pareció más entretenido jugar con los pequeños autitos de juguete sobre la cama que escucharme. Negué con una sonrisa y saqué el secador de cabello, aunque primero le pasé la toalla por su cabello húmedo.

—Yo volveré en unas horas, ¿sí? Papá saldrá con un amigo.

—¡Amigo!

—Sí, un amigo.

Después conecté el secador de cabello y lo encendí, lo dejé en una velocidad moderada y lo pasé por encima de su cabecita. Daehyun comenzó a quejarse, y era porque no le gustaba la sensación. A Seonghwa le pasaba lo mismo, y quizás era algo que podía ver y entender el cómo funcionaba los genes o las costumbres, como si se transmitieran realmente. Había cosas que a mí no me gustaban y a Daehyun tampoco, al igual que pasaba con Seonghwa. Por supuesto, él era hijo de los dos.

Cuando terminé, lo desconecté y le puse crema en la cara, lo peiné un poco y le puse su perfume de bebé. A pesar de que Dae se quedaría en casa, no me gustaba que estuviera desarreglado.

—¡Listo! Quedaste guapísimo, bebé.

Pero él simplemente pasó sus manos por su cabello, desordenándoselo.

—Dae... —le dije, resignado.

Pero él me ignoró y siguió jugando. Por lo que decidí mejor en ir a ducharme y alistarme para ir a mi encuentro con Suhyeok en una cafetería que abrieron en el centro comercial.

A él no lo veía desde que me fui a Estados Unidos y, a pesar de que hablamos (pocas veces, pero lo hacíamos), no era lo mismo que un encuentro de cara a cara. Estaba emocionado porque quería compartir mi experiencia con él, y así poder saber también cómo fue la suya.

Cuando terminé, me despedí de Daehyun y de mis padres. Salí de casa y me fui en autobús hasta llegar al centro comercial.

No esperé mucho, Suhyeok me mandó un mensaje que ya había llegado, así a lo lejos lo vi caminando hacia mí con sus audífonos de cable puestos y un beanie de color vino en su cabeza. Sí, ya las temperaturas bajas comenzaban a notarse.

Nos saludamos y me era increíble verlo nuevamente. Seguía igual de alto, carismático y atractivo.

—¿Cuál es la cafetería? —le pregunté.

—La de ahí —apuntó a una que estaba entre unas plantas grandes. Había un cartel que indicaba los cafés, los dulces y sus precios—. Vine hace un tiempo. El pie de limón y kuchen de nuez estaban deliciosos.

—Soy alérgico a las nueces —mencioné.

—Oh, es verdad. Pero... hay gran variedad, así que no te preocupes.

Llegamos hasta el mesón y yo pedí solamente un smoothie de galletas y crema. Anteriormente, lo había probado en Estados Unidos, fui con Mateo y Vincent después de clases a recorrer un poco la ciudad y pasamos por una cafetería un poco costosa. Estaba delicioso, valió la pena el precio, pero no volvería ahí.

midnight mess | seongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora