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‿︵‿︵ʚɞ『Capítulo 011』ʚɞ‿︵‿︵

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‿︵‿︵ʚɞ『Capítulo 011』ʚɞ‿︵‿︵

Walburga tiene bastante prisa debido a que dentro de unas horas debía llegar a América, donde pasaría Navidad con sus "amigas".

Para ella era mejor estar en cualquier lugar que quedarse en esa mansión. Con el alcohólico de su marido; con el desobediente de su hijo menor y.... bueno, del error que es Sirius ya no tenía que preocuparse, ahora él es problema de otra familia.

Durante el ajetreo por sacar su maleta de viaje; unas cuantas cosas, que se encontraban arriba del armario, caen al suelo de forma brusca. Para su alivio no hay nada de vidrio ni alguna cosa frágil que pueda llegar a romperse por la caída.

Se dedica a recoger cada cosa y ponerla en su lugar; pero se detiene al encontrar una antigua foto de sus hijos. En ella hay un pequeño Sirius de 6 años, con su nuevo corte de cabello, montado en su nueva escoba agarrando la snitch. Detrás de él, estaba Regulus quien hacía todo lo posible para mantener su equilibrio.

Aquella foto fue tomada por ella. Lo recuerda perfectamente, era el primer partido de práctica que habían hecho desde que Regulus nació. Había estado tan feliz aquel día que durante la cena les permitió a sus hijos comer una tajada más de pastel.

...

Aquella foto solo era un recordatorio de que había sido una pésima madre, después de todo había sido muy blanda y sus hijos se habían descarriado por su ineptitud.

Con el ceño fruncido rompió la foto y regresó las cosas que se habían caído arriba del armario.

Agarró sus maletas, puso algo de ropa, realizó un hechizo para encoger su equipaje y salió de la habitación. Ni siquiera se molestaría en decirle a Orion que no estaría para Navidad, estaba segura de que su esposo estaba tan borracho que ni siquiera se daría cuenta de su ida, aun así, le dijo a Kreacher de que si alguien preguntaba por ella le dijera que volvería dentro de unos días.

Cuando por fin estuvo con sus "amigas" a su mente vinieron múltiples recuerdos de cuando sus hijos eran apenas unos niños pequeños e incluso de cuando Regulus era apenas un bebe recién nacido...

Maldecía a ver visto esa foto, ahora no podría disfrutar de sus vacaciones.

Aunque; aun así, se permitió recordar por última vez la primera vez que Sirius conoció a Regulus.

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Había regresado de San Mungo hace apenas unas horas.

Orion había ido a la casa de su padre para recoger a Sirius mientras que ella se quedaba en casa en compañía de su hermano, quien estaba cargando y hablándole de manera tonta a su pequeño bebé, el cual solo reía y alzaba sus manitas para agarrar a su tío.

Alphard se había reusado a darle el pequeño bebe a su hermana; no podía resistirse a su pequeño sobrino. Pero, aun así, y después de escuchar a su hermana quejarse de que quería cargar a su hijo; no tuvo más remedio que entregarle al pequeño Regulus.

Mientras Walburga mecía a su hijo para evitar que comenzara a llorar; Alphard se quejaba de que quería cargarlo nuevamente. De repente unas rápidas pisadas comenzaron a escucharse junto con un fuerte:

——¡¡Mamá!!

——Ya llegó el pequeño torbellino. Disfruta tus últimos segundos con tu hijo, porque dudo mucho que Sirius te permita estar más con él.

——Fue bonito mientras duró

La mujer hizo un pequeño puchero mientras acariciaba con lentitud a su pequeño bebé quien parecía querer dormirse nuevamente.

De pronto la puerta se abrió de un fuerte golpe, despertando al menor de la habitación, quien en vez de comenzar a llorar le prestó atención al nuevo individuo.

——Sirius ¿Qué te dije acerca de abrir de esa forma la puerta?

——Qué no debo hacerlo, que es de mala educación y que debo tocar la puerta antes de pasar. Lo siento

——Está bien. Ahora ven aquí y conoce a tu nuevo hermanito.

Sirius prácticamente subió como pudo a la cama y se acercó con cuidado al pequeño bulto que su mamá tenía en brazos.

——Sirius, él es tu hermano menor, Regulus. Deberás cuidarlo y quererlo siempre ¿entendió?

Sirius permaneció quieto, observando atentamente cada mínimo movimiento que el pequeño ser que su madre tenía en brazos hacia.

De repente una inmensa sonrisa apareció en su rostro. Por fin había llegado. Por fin el pequeño Regulus había llegado... Su hermanito al fin había llegado.

——Es muy pequeño... —— esbozo con una sonrisa.

Walburga rio ligeramente, para ella era raro ver a su pequeño torbellino tan tranquilo y concentrado en algo

Orion había llegado unos cuantos segundos después que su hijo. A pesar de haberse aparecido en casa, Sirius lo había hecho correr como un loco.

——¿Quires cargarlo? —— preguntó acercando al pequeño Regulus hacia Sirius, quien a pesar de estar nervioso asintió rápidamente.

Con lentitud y sumó cuidado fue agarrando a su pequeño hermanito, siguiendo como pudo los consejos que su madre le daba.

La habitación había quedado en silencio, los adultos veian la primera interacción de ambos hermanos... Era una lástima que no pudieron grabar aquel momento.

Un sirius sonriendo mientras que su dedo índice era agarrado por un pequeño Regulus quien sonreía levemente.

Walburga estaba feliz de que sus hijos se llevarán bien, estaba segura que en un futuro ellos serían inseparables. Con una pequeña sonrisa había intentado volver a cargar a su pequeño; pero Sirius terminó dándole un ligero manotazo para luego apartar con recelo a su bebé de ella.

——Te lo dije

Alphard se rio cuando su hermana comenzó a pelear con Sirius para poder agarrar a Regulus. Esa pelea le dio oportunidad a Orion de cargar a su hijo menor sin ningún problema

𝑳𝒐𝒔 𝑯𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏𝒐𝒔 𝑩𝒍𝒂𝒄𝒌𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora