Adrián XVII

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Cuando comienzas a creer que tú vida no tiene sentido.

Cuando no ves la señal de salida.

Cuando está todo tan oscuro que la luz solo te molesta.

Llega alguien que te derrumba todo lo que ya tenías montado.

Y a veces eso está bien.

Demasiado bien.

Comienzas a ver la vida de otra manera.

Quizá no tan oscura.

Quizá no tan brillante.

Simplemente normal.

Y es que el simple hecho de que nuestras pieles se rocen, de que su voz entre por mis oídos, de que su cuerpo sea tocado por el mío, de que la intensidad de su mirada choque con la mía...Hace que cada día me levantase con un motivo más por el que vivir.

Porque quizá vivir no sea tan malo.

La ecuación de LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora