Dolor.

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Es una experiencia subjetiva en la que la persona tiene una herida psíquica que nadie ve, pero que provoca un gran sufrimiento interno, generado a nivel psicológico sin que exista ningún motivo o lesión física, y en ocasiones mayor que el sufrimiento que provoca un dolor físico.

Lunes, 1 de junio.

14:09

Desde ese día parecía que las cosas iban a mejor, qué digo de mejor, iban de puta madre.

Seguía llevando la cafetería como siempre, no iba a negar que cada vez se estaba haciendo más famosa y eso era sorprendente. Los clientes cada vez aumentaban, venían nuevos, los antiguos volvían a venir. Era increíble cómo cada mañana los nervios estaban a flor de piel y se instalaban en mi organismo, parecía como si fuera el primer día.

Limpiar las mesas, servir los cafés, las comidas y desayunos...Y como siempre decía, la sonrisa de los clientes ganaban la mía. A veces era normal acabar cansada, había días en los que dejaba que mi padre se quedara en casa y yo me ocupara de recoger todo lo que se había quedado sucio en el día. Y lo mejor era la noche, cuando el sonido de las llaves cerrando la cafetería era lo único que se escuchaba y las manos de Lobo agarraban siempre mis caderas. No podía olvidar sus labios, era imposible, y más después de todo lo que pasó. Sus manos, sus ojos y su sonrisa. Lo era todo cuando a veces se venía la nada.

A veces incluso me llegaba costar a creer que todo estaba yendo bien, que las sonrisas eran de verdad y que los miedos se convirtiendo en terciarios.

Pero si seguía hablando de Lobo, me quedaba sin palabras. Cada vez que la luna aparecía, nos escapábamos donde el viento nos llevara o en el próximo lugar donde un nuevo beso se marcaría. Y aunque siempre sus labios se posaran con los míos de la misma manera, a veces más salvajes y otras veces menos, seguía estando igual de nerviosa que la primera vez.

Porque al final, la primera vez no es cuando haces algo con alguien que nunca has hecho. Pues eso es lo que siempre creí, y viví gran parte de mi vida arrepentida porque mi "primer beso" fuera con Mario, porque no estaba enamorada de él. Y es que después de todo, aunque no fuera mi primer beso literalmente, se ha convertido en el primero Lobo. En el primero que me hizo sentir el amor, en el primero que me ayudó a devolver el brillo en mis ojos, el primero del cual me enamoré.

Porque estaba enamorada de él.

Pretendía seguir pensando pero la notificación de un nuevo mensaje me avisó de que estaba teniendo una conversación justo con él.

Lobo.

Tengo ganas de verte.

Y besarte.

Aunque lo segundo es más que obvio.

Sonreí nada más leí su mensaje.

Ágata.

¿Y qué podemos hacer para quitarte esas ganas?

Lobo.

Deja que piense...

¿Esta noche?

Ágata.

Me parece bien.

Lobo.

Nos vemos en la cafetería a la misma hora.

Ágata.

Hoy no estoy en la cafetería.

Mi padre se ha tenido que ir a Sagunto, al parecer ha habido un problema.

La ecuación de LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora