Al despertar, lo primero que vi fue el pecho de Kilian, estábamos frente a frente pero yo estaba más para abajo, con mi cara en su pecho. Froté mi mejilla en este como si fuese un animalito en busca de cariño y luego le dí varios besos. Me aparté un poco y levanté la cara para verlo, mis mejillas se pusieron rojas de la vergüenza, él estaba despierto, mirándome con una sonrisa.
── Buenos días, no sabía que estabas despierto.
── Buenos días bebé ──acarició mi mejilla── Desperté hace una hora o así, quería dejarte dormir bien y que cuando despertaras me vieras aquí, a tu lado ──sonreí.
── Gracias ──dí otro beso en su pecho. Él sonrió, tomó mi cara con ambas manos y besó mi frente.
── Mamá debe estar esperándonos para desayunar ──yo me duché, él bajó con calzoncillo y con una toalla── Buenos días Maximiliana, ¿dónde está mi madre?
── Buenos días señor, está en el patio. Enseguida les llevo el desayuno.
── Gracias ──Kilian me tomó de la mano y me guió hasta el patio. Me sorprendí cuando ví la enorme piscina. Clarise estaba sentada leyendo el periódico, en la mesa había una jarra de zumo, varias frutas y tres platos.
── Buenos días mamá ──se acercó a ella y le besó el pelo.
── Buenos días mi amor ──me miró a mí── Buenos días Elián, siéntate por favor.
── Buenos días Clarise ──me senté. Kilian se acercó a la piscina, dejó la toalla en una tumbona, hizo varios estiramientos y se lanzó a la piscina.
── Todos los domingos que hace buen tiempo suele nadar y luego desayunamos aquí ──me explicó ella── Está aprovechando porque estos son los últimos días que quedan de buen tiempo.
── Ah, ya veo, se nota que él suele hacer deporte ──lo observé mucho rato, parecía un profesional nadando.
Maximiliana dejó prácticamente un bufé sobre la mesa. Él salió de la piscina, yo lo observé como si la vida se me fuera en ello. Mordí mi labio mientras lo miraba, supongo que debió sentir mi mirada, porque me miró con una sonrisa y me guiñó el ojo, sentí mis mejillas arder.
── Nos conocemos poco ──miré a Clarise── Pero de los novios que ha tenido mi hijo, tú eres el único que me estás cayendo bien. Los anteriores que ha tenido eran unos interesados, no le demostraban interés en él, solo querían lo que él podía darles. Tú, sin embargo, te quedas embobado mirando a mi hijo y veo lo feliz que se hacen mutuamente ──sonreí── Deseaba que encontrase a alguien estable que lo quisiera de verdad, ya estaba harta de que se estuviera acostando con otros hombres así porque sí. Eres el único yerno que me está cayendo bien, así que por favor, sean felices y no me lleguen a decir nunca que lo han dejado.
── Eso no va a pasar ──dijo Kilian detrás de ella, lo miré── No dejaría a Elián ni loco ──me miró── A no ser que me pidas que me aleje de ti ──negué con la cabeza.
── Eso no va a pasar ──repetí lo que dijo── Desde que te conocí en esa fiesta me estás haciendo la persona más feliz del mundo ──sonrió, besó mi cabeza y se sentó a mi lado.
── Trataré de hacerte siempre la persona más feliz del mundo y sé que tú también lo harás conmigo ──asentí dándole a entender que tenía razón. Miró a su madre── Mamá, a mí tampoco me agradaba mucho tener que acostarme con otros hombres, pero esa era la única forma que tenía para calmar mi deseo sexual. Ahora tengo a Elián, no me acostaré con otro que no sea él.
── ¡Kilian, por Dios! ──exclamé avergonzado y lo empujé un poco por el pecho. Tanto él como su madre se rieron, parecía que solo yo le daba importancia a que hablara de sexo entre los dos con su madre.
── No te preocupes ──dijo ella── Mis hijos tienen confianza para hablarme de sexo, cuando los adopté una de las cosas que les dije era que tenían que tener total confianza conmigo ──igualmente eso no me tranquilizó. Kilian se sirvió fruta y empezó a desayunar como si nada.
── Bebé, desayuna ──lo miré con los ojos achinados, me daban ganas de estrangularlo, me miró unos segundos, suspiró y me sirvió.
── A parte de tu hermano, que ya Kilian me comentó que no son hermanos de verdad pero que se quieren como si lo fueran, ¿no tienes ningún otro familiar? ──ambos me miraron atentamente, supongo que él también quería escuchar mi respuesta.
── Mis padres ──aclaré mi garganta── Bueno, a ese señor no lo considero mi padre desde los dieciséis años, porque cuando se enteró de mi preferencia sexual empezó a golpearme y a insultarme, y de mi madre ni siquiera sé qué pensar, es muy sumisa ante él, siempre se queda viendo como él me pega y me insulta sin hacer ni decir nada, aunque por un lado yo la entiendo, le tiene miedo. Cuando cumplí los dieciocho años me fui de la casa porque ya no soportaba vivir así ──Clarise me miró con tristeza. Miré a Kilian cuando tomó mi mano.
── ¿Cuándo fue la última vez que los viste? ──su ceño estaba fruncido y sus ojos estaban un poco más oscuros. Claramente escuchar lo que dije lo enfadó, dejé de mirarlo porque sentí como su mirada me quemaba.
── Estoy bien, eso es pasado ──me tomó por la barbilla para que lo mirase.
── ¿Cuándo? ──preguntó muy serio. Aparte del enfado que podía ver en sus ojos, también ví lo preocupado que estaba. Suspiré.
── Hace tres meses fue la última vez que ví a ese señor, tenía ganas de ver a mi madre.
── ¿Él te hizo algo? ──intenté dejar de mirarlo pero me lo impidió levantando un poco más mi mentón.
── Ni siquiera me dejó entrar para ver a mi madre, me pegó con un bate en las costillas mientras me insultaba ──se tensó nada más escucharme── Kilian ──me interrumpió──:
── No, no vayas a decir que estás bien, obviamente te duele que ese jodido señor te trate así y que tenga a tu madre intimidada. Escúchame bien ──acarició mi mejilla── Ese hombre no volverá a tocarte, te lo prometo, si lo que quieres es ver a tu madre, podrás hacerlo sin ningún problema ──fruncí el ceño.
── ¿Cómo?
── No te preocupes, tú solo dime cuando quieras verla y listo. Desayuna, por favor, subiré a arreglarme, saldremos a pasear ──besó mi mejilla y se alejó.
── Siento que vivas esta tortura ──dijo Clarise── Deberíamos amar a nuestros hijos tal y como son ──tomó mi mano y la acarió con ternura── Aquí me tienes para todo, ahora yo soy como tu segunda madre.
── Gracias Clarise ──hice una pequeña sonrisa ladeada.
── Anda, desayuna, cielo.
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Conquistando a un millonario
ChickLit¿Qué estarías dispuesto a hacer por nuestro amor? Fue la pregunta desencadenante de los problemas que empezaron a tener Elián y Lorenzo. Elián siempre había estado dispuesto a hacer todo por la relación de ambos, hasta que se da cuenta que durante...