Capítulo 10

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Era viernes y yo salí a mi descanso para comer. 
Sorprendido me acerqué a Connor, que estaba apoyado en un coche. 

── Hola Connor ──se separó del coche y se acercó a mí. 

── Hola, ¿cómo estás, Elián? 

── Bien. ¿Cómo supiste que trabajo aquí? 

── Cuando nos conocimos me dijiste que te gusta la moda y que habías conseguido un trabajo de costurero cerca de la empresa de mi hermano, esta es la empresa de diseñar trajes más cerca que hay a la de mi hermano, supuse que estarías aquí. Vamos, te invito a comer. 

── De acuerdo, gracias ──subimos a su coche.
Una vez en el restaurante, pedimos la comida── ¿A qué se debe esta sorpresa? 

── Te prometo que te visitaré más ──peinó su pelo negro hacia atrás con la mano. Sus ojos marrones me miraron cabizbajo, y no sé porqué sentí que me estaba pidiendo ayuda con algo. 
Él era todo lo opuesto a Kilian físicamente, o sea, el cuerpo lo tenía bien trabajado, pero en lo demás, nada que ver con Kilian, aunque también era muy guapo, mucho la verdad── Es mi hermano ──soltó un suspiro, yo fruncí el ceño preocupado. 

── ¿Qué pasa con Kilian? 

── Creo que pasó el primer día que empezaste tu trabajo, fue a buscarte porque no le gusta que estés enojado con él, me dijo que se llevó una decepción enorme cuando te vió con otro hombre besándote por todas partes. Yo no soy nadie para preguntarte esto ni para meterme en tu vida, pero lo haré porque mi hermano me preocupa, está desconcentrado y en las nubes, nunca lo había visto así, a lo que voy es, ¿estás con alguien? ──apoyé un codo en la mesa y me llevé la mano a la frente, preocupado por lo que estaría pensando Kilian. De solo imaginar su cara cuando nos vió, mi corazón se encogió. 

── Me vió con mi hermano ──Connor frunció el ceño, pero igualmente pude ver una pequeña sonrisa en sus labios, supongo que escuchar eso lo relajó un poco. 

── ¿Cómo dices? 

── De hecho ya le hablé a Kilian de él, pero como no lo conoce en persona es normal que se haya decepcionado. Me vió con Martín, en realidad no somos hermanos de sangre pero es como si lo fuéramos, estamos el uno para el otro desde que teníamos dieciséis años, yo soy la única familia que él tiene y él para mí también es la única familia que tengo, habíamos discutido, como lo perdoné, empezó a besarme la cara por todas partes, eso fue lo que vió Kilian. 

── ¡Vaya! ──Exclamó con una sonrisa a la vez que soltaba el aire de sus pulmones── Eso me tranquiliza porque creo que le gustas más de la cuenta a mi hermano y no quiero que sufra, ¿puedes hablar con él? Por favor. 

── Por supuesto que hablaré con él. 

Después de comer regresé a mi trabajo. La tarde en la gran ciudad de Nueva York empezaba a ponerse fea, dejando claro que estaba entrando el otoño. De repente había empezado a hacer un viento frío y el cielo se había llenado de nubes oscuras. 
Salí una hora y media más tarde de lo normal del trabajo porque tenía que terminar un traje que se entregaría al día siguiente. 
Cómo iban a ser las nueve de la noche, decidí ir directamente a la casa de Kilian, supuse que en la empresa no estaría. Me subí a un taxi y di la dirección que Connor me había facilitado, desgraciadamente en bus no podía ir porque Connor me dijo que por ahí no pasaban autobuses, era un residencial de ricos, lo que era normal, todos ahí seguramente tenían coche.
Le pagué al taxi (que por cierto me había cobrado un ojo de la cara y eso había fundido prácticamente el poco dinero que me quedaba) y me acerqué al portón de metal. Toqué el timbre, donde había una cámara pequeña y esperé. Nada. Toqué varias veces más y continué sin respuesta. Parecía que no había nadie. Saqué el móvil y la tarjeta que me había dado Kilian, lo llamé varias veces, pero salía el buzón de voz. 
Congelado porque había empezado a tener frío, caminé por la acera una y otra vez para entrar así en calor. 

Conquistando a un millonario Donde viven las historias. Descúbrelo ahora