Capítulo 45

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Narra Elián

Me espanté cuando tocaron mi brazo. 

── Lo siento amor, te estaba hablando pero no me escuchabas. 

── ¿Qué me decías? 

── Que no quiero que estés aquí fuera, te vas a enfermar, hace frío y solo tienes el pijama puesto. 

Asentí, me puse de pié y entramos a la habitación, él cerró la puerta de la terraza. Me giré a verlo. Ahora tenía más golpes que antes de irse a ver a los narcos. Me acerqué y acaricié por donde estaban sus costillas con cuidado. 

── ¿Ya por fin eres libre de esos narcos? 

── Sí, ya puedo respirar tranquilo y sé que ustedes no correrán peligro por ese lado. 

── Me alegra oír eso, pero no me gusta nada que mi hermano haya recibido un tiro y tú estés así de golpeado. 

── Lo mío no es nada comparado con lo tuyo y con lo de tu hermano, pero ya olvidemos eso. Te toca ponerte crema en los hematomas, te ayudo. 

── No, puedo yo solo. 

── Quiero ayudarte, además, no le llegas a tu espalda. 

── De verdad que puedo yo solo, ya lo he hecho varias veces ──Frunció el ceño y me miró atentamente un momento. 

── ¿Qué pasa? ¿Por qué no quieres que te ayude? 

── Es que…──Aparté la cara── No me siento cómodo con el cuerpo lleno de golpes, no quiero que me veas así ──Me tomó por la barbilla para que lo mirase. 

── Somos una pareja, en lo bueno y lo malo, para cuidarnos el uno al otro, tú siempre cuidas de mí, deja que yo te cuide a ti. Sé que te resulta incómodo, pero no tiene porqué ser así, yo te seguiré viendo con los mismos ojos, pero está bien, no te forzaré, dejaré que tú mismo decidas cuando mostrarme tu cuerpo, pero quiero que sepas que me tienes aquí para todo, y que te amo mucho ──Sonreí. 

── También te amo. 

Cogí la crema y entré al baño. 
Salí más tarde, apagué la luz dejando la habitación iluminada por la lámpara de noche y me metí a la cama. 

── Oye, regresa al trabajo, ¿sí? Llevas varios días sin ir por estar aquí conmigo. 

── Por eso no te preocupes, yo trabajo desde aquí, y cuando hay que firmar algo, Connor va y firma por mí. Todavía te cuesta dormir y sigues con las pesadillas, luego muchas veces estás ido. No quiero ni regresaré al trabajo hasta que estés mejor. 

── Sinceramente, las pesadillas me están volviendo loco, me cuesta dormir porque cada vez que cierro los ojos creo que cuando despierte estaré en ese maldito lugar y cuando estoy ido es porque desgraciadamente termino pensando en eso. Quiero poder tener paz, al menos mientras duermo. 

Me abrazó a él, cosa que agradecí. Restregué mi cara en su cuello y lo olí. 

── Lo único que se me ocurre para ayudarte, es pedirle a Parker, mi amigo el psicólogo, que venga a verte ──Me separé para verlo. 

── ¿De verdad? 

── Sí mi amor, ¿quieres que le hable? 

── Sí, por favor. 

── De acuerdo, dame un momento ──Se separó de mí. 

── ¿Lo vas a llamar ahora? 

── Quiero que estés bien, así que cuanto antes empiecen con las sesiones, mejor. Le preguntaré si puede venir mañana ──Habló con su amigo un momento y luego colgó── Listo, mañana tiene varios pacientes, así que vendrá aquí al final de la tarde. 

── Gracias ──Lo abracé cuando se tumbó otra vez. Me tomó de la barbilla para que lo mirase. 

── Por ti, hago lo que sea con tal de que estés bien y feliz ──Nos quedamos mirando un momento, finalmente sonreímos. Se acercó y me dió un beso pequeño. 

── ¡Ay ya! ──Me quejé, frunció el ceño── Bésame bien, cómeme la boca. 

── Es que no quiero hacerte daño ──Sonreí. 

── Me estás haciendo daño al no besarme, echo de menos tus besos. Así que béseme ahora mismo, señor John, es una orden. 

Sonrió. 

── Si es una orden, no la puedo incumplir, ¿verdad? 

── Exacto. 

Se acercó a mi boca y rozó nuestros labios. 

── Si te hago daño, me ──Lo interrumpí llevando la mano a su nuca y terminando de pegarlo a mi boca. Me siguió el beso. Se inclinó un poco sobre mí, yo pasé mi otra mano por su espalda. 
Mordí su labio sin hacerle daño y nos separamos un poco. 

── Hablas mucho, como siempre ──Dije. 

── Y tú siempre vas directo al asunto ──También sonrió. 

── Uno de los dos tiene que tomar las riendas, de lo contrario, te quedarías hablando ──Esta vez se rió. Mordí mi labio sonriendo── Quiero que estés como antes conmigo, no te prives de nada, bueno, de momento no podemos tener relaciones sexuales hasta que mis costillas mejoren un poco más, pero por favor, bésame cada vez que quieras, abrázame, tócame y mímame. Es lo que necesito y lo que quiero.

── Amor, siento si te he hecho creer que no te quiero, sabes que solo te estaba dando tu espacio y que no quiero lastimarte, aunque por no querer lastimarte de esa forma, he lastimado tus sentimientos y ni siquiera te pregunté cómo te sentías con tu interior. Discúlpame ──Sonreí y acaricié su nuca. 

── No me tienes que pedir disculpas porque yo sé que creías que yo me sentiría incómodo. 

── Te vas a cansar de todos los besos que te daré, porque también me debes los besos de cuando me fui. 

── Quiero ver eso ──Dije sonriendo. 

Conquistando a un millonario Donde viven las historias. Descúbrelo ahora