Capítulo 5

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Tomé de mi copa y seguí mirando el cuadro. Ya iba por la tercera copa y prácticamente ya había paseado por todo el lugar para saber dónde era que estaba metido.

¿Para qué voy a mentir? 

En realidad caminé por todo el lugar porque estaba sorprendido con todo lo que estaba viendo. 

── ¡Eh! Ojos como el mar ──Me giré a ver. Era el hombre de los ojos grises. Volví a mirar el cuadro── Llevo un rato buscándote, ¿dónde te habías metido? 

── Estaba conociendo el lugar ──dejé la copa en la bandeja cuando la camarera se acercó y cogí una nueva. 

── ¿Cuántas copas de champaña has bebido? Tus mejillas se están poniendo coloradas. 

── Esta es la cuarta ──bebí. Fruncí el ceño cuando me quitó la copa. 

── La noche apenas va empezando, no bebas así, de lo contrario, en menos de una hora estarás borracho -aclaré mi garganta. 

── Bueno, ojos grises, ¿cómo te llamas? 

── Soy Kilian John, todos me llaman señor John.

── Mmm, ya veo señor John. Yo soy Elián Harris, un gusto conocerlo, y a mí nadie me dice señor excepto el guardia de la puerta  ──hizo una pequeña sonrisa, o eso me pareció a mí. Sonreí y extendí mi mano. La aceptó. 

── El gusto es mío, Elián ──nos quedamos mirando mientras él sujetaba mi mano. Con mis mejillas ardientes, separé mi mano de la suya cuando dieron unos golpes con un martillo de madera. Nosotros miramos. 

── Buenas noches a todos ──dijo una señora── Espero que lo estén pasando bien. Las figuras y los cuadros se subastarán, el dinero que ustedes aporten por las compras que hagan, será donado a las asociaciones que ustedes mismos elijan. Dicho esto, ¡empecemos!

── ¿Te ha gustado algún cuadro o figura? 

── Sí, justo este ──señalé el cuadro que estuve mirando minutos antes. 

── ¿Lo vas a comprar? 

Mordí mi labio y lo miré. 

── No tengo dinero, soy pobre, es más, ni siquiera tengo trabajo.

── En ese caso, ¿cómo conseguiste la invitación si solo la reciben personas adineradas? 

── Tengo un amigo que es millonario, no pudo venir porque está de viaje, me dijo que podía usar su invitación, he venido porque quería saber cómo era este lugar ──mentí, le quité de la mano la copa que me había quitado anteriormente y bebí── Ahora que sabe que soy pobre, ya puede dejar de hablarme. 

── ¿Perdona? 

── Lo que ha oído. Sé perfectamente que a los ricos no les gusta acercarse a los pobres. 

── ¿Piensas lo mismo de tu amigo el millonario? Porque si es así, eres un hipócrita ──habló molesto. Fruncí el ceño. 

── No es lo mismo porque él y yo somos amigos desde la adolescencia, en ese entonces él no era millonario, además, nos queremos como hermanos. 

── Entonces, ¿por qué piensas que yo sí soy así, si ni siquiera me conoces? ──resopló── De aquí no me moveré, además, quieres que me aleje usando como excusa que no tienes dinero como si eso te convirtiera en un bicho raro. No tienes dinero pero eres humano, como yo. Me jode que creas que por eso yo dejaría de hablarte ──nos quedamos mirando. Los dos estábamos enfadados, no sabría decir cuál de los dos lo estaba más. 

Conquistando a un millonario Donde viven las historias. Descúbrelo ahora