Capítulo 70

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Narra Elián

Bajé del coche y cargué a la niña, Kilian cargó a Ezekiel.

── ¿Esta es su casa?

── Ahora también es de ustedes, pequeño ──Le dijo Kilian. Sonreí.

Entramos dentro. Conoció a Maximiliana y las demás chicas de la limpieza, también a Eduardo y a Christopher.

── ¿Estás listo para ver tu habitación?──Asintió repetidas veces emocionado. Kilian abrió la puerta y él abrió la boca nada más ver su cama, que es un coche.

── ¿Es mía?

── Sí cielo, todo lo que hay aquí es tuyo ──Le dije. Kilian lo bajó al suelo y él corrió hacia la cama. Mordí mi labio sonriendo.
Su habitación es de color azul claro, su cama está en el centro de la habitación, tiene una zona para sus juguetes y otra zona con una mesa para estudiar, un armario grande y su propio baño. Dejarla así nos llevó una semana. Desde el primer día que lo vimos, decidimos decorar la habitación para él── Tenemos que comprarles ropa a los dos.

── Sí ──Habló sin despegarle la vista al niño, que tocaba todo con mucha emoción. Sonreí por cómo lo miraba.

── Esto es lindo, ¿no?

── Lo es ──Me miró── Esto me recuerda mi vida, yo viví lo mismo. Estaba igual que él cuando mamá me llevó a su casa. Sé cómo se siente.

── Ustedes tienen cosas en común.

Sonrió y se acercó a mí, me abrazó por detrás y besó mi mejilla.

── Los cuidaremos bien y les daremos todo el amor que se merecen ──Me dijo── Estoy seguro de que seremos unos buenos padres.

── Yo también estoy seguro ──Giré un poco la cara para verlo, nos quedamos mirando un momento hasta que sonreimos. Llevó su mano a mi barbilla y se acercó a mi boca. Le seguí el beso. Nos separamos de inmediato cuando algo se rompió.

── Lo siento ──Susurró con los ojos llenos de lágrimas.

── No te muevas ──Dije preocupado. Kilian se acercó y lo subió a la cama.

── ¿Te hiciste daño? ──Le preguntó revisándolo.

── No. Lo siento, no me portaré mal.

Mi corazón se rompió al escucharlo, probablemente tenía miedo de que lo regresáramos al orfanato.

── Mi amor ──Me acerqué── No pasa nada.

── Exacto, no pasa nada. Lo importante es que no te hagas daño, podemos comprar otra lámpara, no llores ──Le limpió las mejillas── Cuidaremos de ustedes, no llores, solo hay que tener más cuidado, ¿de acuerdo, pequeño?

── ¿No están enojados?

── No ──Kilian le sonrió. Sonrió más cuando él le extendió los brazos para que lo cargara. Le besó la mejilla a Kilian.

── Gracias, no lo volveré a hacer ──Me miró a mí y me llamó con la mano, así que me acerqué. Besó mi mejilla. Sonreí y besé la suya.

── No queremos que te lastimes ──Le acaricié la mejilla. Asintió sonriendo── Ahora vamos a ver la habitación de tu hermana, ¿te parece?

── Sí.

Fuimos a la habitación de la habitación de la niña. Estaba decorada con colores blancos y rosas. En medio de la habitación se encontraba su cuna, que era blanca, al igual que los demás muebles. Había un sillón para sentarnos con ella.
La dejé en la cuna porque estaba dormida.

Conquistando a un millonario Donde viven las historias. Descúbrelo ahora