Capítulo 26

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Se detuvo en el edificio en el que vivo con mamá. Continuamos en silencio. 

── Gracias por librarme de Lorenzo. Lo siento, espero que puedas perdonarme una última vez. Te quiero Martín ──Bajé de su coche. Limpié mis mejillas y saqué la maleta de la parte trasera del coche. 
Cuando se alejó me giré para entrar al portal del edificio, fue entonces cuando ví a Christopher, me estaba mirando. 

── Señor Elián ──Me saludó. Fruncí el ceño y me acerqué. 

── ¿Qué haces aquí? 

── El señor John está en su casa. Lleva toda la tarde buscándolo, incluso fuimos a la casa de su hermano Martín, pero como no lo encontró ahí, regresamos aquí. 

── ¿Cómo está él?

── Nervioso porque no ha dado con usted. Cree que le pasó algo malo, por eso me ha amenazado con despedirme. 

── Lo siento, lo dejaré y tú podrás volver a tu vida normal, no hará falta que sigas cuidando de mí. 

── ¿Va a contarle lo que pasó en la empresa? 

── No, otras cosas que harán que me odie ──La voz me tembló. Limpié otra lágrima que bajó por mi mejilla── Ha sido un placer conocerte, Christopher, gracias por todo ──Le dí un abrazo. Al principio no reaccionó, pero luego sí. 

── Lo siento mucho señor Elián, siento lo que le dijo ese hombre en la empresa y siento que vaya a separarse de mi jefe ──Me separé y lo miré con una pequeña sonrisa de lado. 

── Gracias Christopher ──Dicho eso entré al edificio, lleno de miedos y de nervios. 
Antes de abrir la puerta de casa, tomé una bocanada de aire para lo que se venía. En cuanto entré, él y mamá me miraron, a continuación relajaron sus caras, pero no tardó mucho, sus preocupaciones volvieron cuando me vieron con la cara roja al igual que los ojos, los cuales seguramente ya debía tener un poco hinchados por estar llorando toda la tarde. 

── Cielo ──Mamá se acercó a mí── ¿Qué pasa? ¿Por qué has estado llorando?  ──Tenía ganas de lanzarme a llorar a sus brazos como un niño pequeño. 

── Mamá, ¿puedes dejarme a solas con Kilian?

── Por supuesto, estaré en la habitación ──Acarició mi mejilla y se fue por el pasillo. 

── Amor, ¿qué pasa? ¿Por qué lloras? ──Preguntó preocupado a la vez que se acercaba a mí. Retrocedí varios pasos cuando intentó acariciar mi mejilla. Frunció el ceño── Me estoy poniendo nervioso por verte así, dime ya qué está pasando. Esta mañana cuando hablamos por teléfono me dijiste que tenías ganas de verme porque me echabas de menos, ¿qué ha cambiado en estas horas? ¿Por qué te alejas de mí? 

── No podemos seguir juntos ──Me atreví a hablar. Su semblante cambió a uno muy serio, ya no me miraba con preocupación. 

── ¿Qué hiciste? Porque yo no he hecho nada, no te he engañado y mucho menos te he tratado mal. Así que repito la pregunta, ¿qué hiciste? ──Habló tajante. 

── Mentirte ──Agaché la cabeza.

── ¿En qué me mentiste? 

── Mi hermano no me dió la invitación para ir a esa fiesta, se la robé porque así me lo pidió Lorenzo, quería que yo conociera a un hombre rico para poder sacarle el dinero y que nos fuéramos a otra parte a tener otra vida ──Levanté la cara para verlo. Nunca había visto esa mirada. Me estaba mirando con odio. 

── Entonces, cuando fuiste a la fiesta aún eras novio de Lorenzo, ¿no? 

── Sí ──Caminó de un lado a otro, nervioso, estaba susurrando cosas que no logré escuchar, pero estoy seguro de que no eran cosas bonitas. 
Se detuvo y me miró.

Conquistando a un millonario Donde viven las historias. Descúbrelo ahora