En definitiva, aquella opacidad adquirida en su rostro no parecía inmutarle demasiado; mucho menos teniendo en cuenta todo el duro trabajo que ha tenido. De hecho, esperaba que fueran mucho más visibles de lo que eran y que su oscura apariencia lo hiciera asemejarse a una especie de oso panda. Esperaba que fueran tan escandalosas que ni siquiera su gran colección de maquillaje pudiera hacer milagros; pero para su sorpresa -y suerte-, apenas llegaban a notarse bajo dos capas de corrector.
Por suerte no hizo falta llamar al maquillista.
Un suspiro pesaroso lo abandonó apenas depositó el pequeño espejo en su sitio y, en su lugar, tomó un peine negro que no tenía muy lejos.
<<Ventaja de ser joven>> supuso el rubio, en un mediocre intento de positivismo. Con desánimo, inició la tarea de alisar los nudos probablemente inexistentes de su cabellera; sin importar que media hora antes su estilista hizo de las suyas en ella con un maravilloso despunte. Solo quería distraerse con algo
Al menos había algo positivo de todo esto: luego de que el espectáculo de esa noche acabará, ya no tendría responsabilidades a las que rendirles cuentas. Ya no tendría que asistir a ningún evento, entrevista ni nada que se le pareciera hasta al menos unas gloriosas veinticuatro horas, máximo; y no podría estar más agradecido por ello.
Finalmente podría tomarse el descanso que había deseado tener desde hace un par de días; uno que hiciera justicia al montón de horas eternas de actividades que lo dejaban sin energías. Uno al que al menos se extendiera de las dos miserables horas de reposo entre cada programación, las cuales en muchas ocasiones sobrepasaban el tiempo estipulado, llegando a ser de entre dos a cuatro horas (y en una ocasión, cinco). Por fin podía relajarse...
O al menos intentarlo.
El de cabelleras doradas -cuando obtuvo el resultado deseado-, dejó el instrumento que utilizó encima de la madera, antes de dedicarse una mirada meticulosa por todo su porte para así corroborar que todo estuviera en orden. Para cerciorarse de que su imagen cumplía con sus expectativas.
Sus ojos verdes azulados recorrieron toda la extensión de lo que el cristal reflector le permitía ver de su cuerpo, y asintió a este en aprobación a lo que sus ojos vieron. Sin embargo, la media sonrisa casi invisible que logró esbozar en algún momento le resultó ser tan forzada e insípida que esta misma se deshizo al no poder soportar su propio peso. Le costaba mucho no lograr exteriorizar lo que continuamente le iba succionando sus horas de sueño, aún cuando sus dotes para la actuación eran alabados por reconocidas empresas. Por muy prodigio que fuera para el teatro, no lograba de verse de la manera en que lo hacía. No dejaba de verse tan decaído, desconcentrado... Tan ido.
Lastimosamente, aunque por fuera destilaba genuina perfección y elegancia (eso que efectivamente quería que camuflara su deplorable estado), por dentro era un severo y aparatoso desastre; uno que significaba un verdadero desafío.
Un fragmento de cansancio escapó de sus labios en forma de bufido, antes de recargar el peso de su ancha espalda en el acolchado respaldo de la silla giratoria. Por más que quisiera actuar como normalmente hacía, no lograba parecer natural. Todo lo que intentará hacer parecía forzado, como una mala imitación de él mismo; incluso había llegado a sentir que solo andaba jugando a disfrazarse, porque -en definitiva-, el ameno chico descolorido que le devolvía la mirada desde el espejo no era él. No podía serlo.
Podría parecerse mucho a él físicamente, pero jamás ser él.
Estaba hastiado hasta la médula. Cansado de siempre hacer lo mismo; de descoserse los cesos sucesivamente por largas jornadas con aquella viva imagen que no ha querido abandonar su cabeza.
ESTÁS LEYENDO
Una Mirada ||Zac El Alba Y Tú
RandomSólo eso es suficiente para empezarlo todo ******** "Fanfinc de mi autoría e imaginación. No acepto plagios, copias ni cualquier cosa que se le parezca. Seamos originales y respetemos las ideas y culturas ajenas :3"