_Zac, para. Ya nos empiezan a ver raro_ pidió la chica a la vez que desviaba sus ojos hacia las personas que ahora miraban curiosas en su dirección.
_Lo haré cuando llames a un médico_ chilló el otro aún en el suelo, sosteniendo con firmeza su tobillo. Con la exageración que tenía, parecía que se le había parado un buey sobre él.
Los ojos color ciruela de Mya no tardaron en dar un mirón hacia las profundidades de sus párpados, viendo nuevamente las siluetas que bien tenía estudiadas de su propio encéfalo.
_Pisaste mal el borde de la banqueta. No pudiste haberte quebrado ni una uña_ bufó ahora, con un claro tono de irritación_. Hay que ver lo bullicioso que eres...
_No seas tan mala conmigo. ¡Esa acera parecía un acantilado! _exageró el joven el Alba mientras aún daba unos cuantos quejidos más, junto a una que otra acunada en su sitio.
Bufó nuevamente al tiempo que llevaba sus manos a sus caderas poco desarrolladas y hacía a su vez la silueta que tenían las teteras. Sabía muy bien a los extremos que podía llegar el muchacho en cuanto a la exageración o a cualquier cosa a lo que se le asemejara el tema. Pero esa era la escena más sobreactuada que había visto de él en el poco rango de tiempo que tenían juntos. Y eso que había visto muchas de ellas.
Apenas si se le había doblado el pie en un mal paso que dio cuando disponían de bajar del pequeño caminito de cemento que separaba la calle de tiendas y demás. No creía que por esa caída debieran amputarle el mismo con todo y el zapato, tal como lo hacía ver él.
Muy bien puesto tenía ese título: era un verdadero dramático de primera clase.
A pesar de ello estaba comenzando a preocuparse un poco. No mucho, pero si lo suficiente como para desfruncir ligeramente el ceño y mirarlo por unos breves segundos con neutralidad. ¿Podía alguien seguir lloriqueando por una torcedura a más de cuatro minutos?
Un gran debate entre ella y su conciencia había empezado a rondar al instante, lanzando grandes ataques una con la otra, procurando ser ganadoras de aquel encuentro campal. Por un lado podía ser simplemente una breve escena que estaba haciendo y que el dolor seguro se iría en menos de unos segundos. Era posible que ni necesitara algo para ello y que además se levantaría por si mismo sin ayuda de un paramédico. Pero por el otro podría estar sufriendo verdaderamente un esguince.
Miró por el rabillo del ojo al rubio, percatándose de que ahora sostenía su pie con mucha más firmeza y cercanía que antes. Eso fue suficiente para sentirse totalmente derrotada por su propia conciencia. El chico en realidad se veía adolorido.
Cerró sus ojos a la vez que resoplaba como por cuarta vez a través de sus fosas nasales y relajaba sus hombros, resignada. Podría bien ser la exageración más grande que pudiera haber visto en su vida. Y de dramatismo ni se hable. Estaba claro que eso estaba a nivel Dios, pero él ya la había ayudado anteriormente y aún sin conocerla. No devolverle el favor sería ser desagradecida... e inhumana. Ambas cosas que ella no era.
Soltó un gran suspiro de resignación. No tenía de otra.
De un segundo a otro, se encontraba acuclillada en el suelo, a meros centímetros de él. Y sin que éste llegara a advertir siquiera el acto, ya la tenía frente a su cuerpo, teniendo el pie malogrado entre sus pequeñas manos, masajeándolo como tal experta.
_¿Qué estás haciendo, Mya? _ soltó perplejo, aún sin convencerse del todo de lo que estaba viendo. Luego su expresión fue intercambiada por su típica sonrisa. Debía admitir que no se lo esperaba, al igual que tampoco le disgustaba.
_¿Acaso no es obvio?_ elevó una ceja, enfatizando mucho más su tono sarcástico. Aún sin soltar su pie, siguió haciendo círculos en el área lastimada con la yema de sus dedos.
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Una Mirada ||Zac El Alba Y Tú
RandomSólo eso es suficiente para empezarlo todo ******** "Fanfinc de mi autoría e imaginación. No acepto plagios, copias ni cualquier cosa que se le parezca. Seamos originales y respetemos las ideas y culturas ajenas :3"