Capitulo 34

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Bullicio.

Solo eso podía escuchar.

El ruido de su corazón comprimiéndose abruptamente cual lata de cerveza y el nudo afianzado de pronto en su tráquea fueron los causantes de que buscara enseguida el control y bajara el volumen del aparato hasta cero, dando fin a la cháchara del tipo al que le solía conservar algo de aprecio.

El silencio se adueñó de la sala tras eso. Un silencio abrupto e incómodo que inundaba de dudas al mayor a medida que los segundos aumentaban.

El de orbes medio apagados por la fiebre se dirigieron hacia la nuca de la chica, inclinándose luego en su lugar en un intento de mirar la expresión de su rostro; más no tuvo vista alguna de él.

¿Qué le sucedía a Mya?

_ ¿Por qué le bajaste el volumen al televisor tan de repente? _inquirió a medida que se incorporaba del sofá para finalmente acabar sentado en él y así tener una mejor vista de lo que se reproducía sin interrupción en la pantalla.

No era la primera vez que su hermana tenía aquel tipo de comportamiento con respecto a cierto tipo de noticias. Generalmente lo tenía cuando trataban de alguna tragedia o cosas que tuvieran que ver con la política u economía (puesto que no le gustaban esos temas), pero el gesto que tenía plasmado en el rostro lo desconcertaba.

Su rostro tomó una extraña mueca de confusión al mirar por segunda -o tercera - vez, el título puesto a la primicia y luego a la misma como un lunático. No entendía nada, pero su desconcierto creció aún más cuando logró ver de reojo el rostro rojizo y melancólico de la joven muchacha que miraba cabizbaja a un punto cualquiera del suelo alfombrado.

_ ¿Tienes algo en contra de la cultura pop? _bromeó, esperando llamar la atención, más los puños temblorosos y la mirada oscura de ésta acabaron por llamar la suya.

Nuevamente miró el televisor, antes de colocarse de cuclillas frente a ella, de forma que no pudiera evadir su mirada. Algo raro pasaba y lo iba a averiguar.

_ Mya _la llamó, obligándola a que lo mirara y tuviera la iniciativa de tocar por ella misma el tema, más no hubo el resultado esperado_ ¿Qué sucede?

_ Nada. _soltó naturalmente, más las siguientes palabras fueron las que terminaron por quebrarla_. No sucede nada...

Fue entonces cuando su voz se agudizó, dando lugar a un ligero sollozo y que una diminuta lágrima mojara la tela de sus pantalones cortos. Internamente se maldijo por ello y por las pesadas ganas de llorar que tenía.

Igarashi abrió los ojos sorprendido, y luego la miró asustado. No quería pensar en lo peor, pero le era imposible dado a la forma en la que la adolescente temblaba en un esfuerzo por contener las lágrimas. No podría llegar a soportar la simple idea, pero era algo que podía haber llegado a pasar; por lo que tuvo que tragarse la rabia que no sabía que estaba acumulando en su interior y alejar cualquier pensamiento de su mente para evitar herir más a su hermana.

Con cuidado se incorporó, pasando de su posición sentada a estar de pie frente a la que se desmoronaba progresivamente frente a él. Instintivamente, tomó una de sus manos y la haló hacia su cuerpo, acabando por aprisionándola entre sus brazos.

Si iba a llorar, mejor que lo hiciera en donde se sintiera segura.

Inmediatamente su abrazo fue correspondido, siendo acompañado de unas cuantas lágrimas gruesas que empapaban poco a poco la tela de su camisa y lastimeros sollozos ahogados por ella.

Esto lo mataba. La incertidumbre lo carcomía vivo cada vez que trataba de darle lógica a la situación, sin que ésta llegara a ser demasiado grotesca, pero lastimosamente no llegaba a comprender nada. ¡No entendía nada!

Una Mirada ||Zac El Alba Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora